13 de enero de 2005

Greguerías

Gómez de la Serna definió 'greguería' simplemente como la suma del humor y la metáfora. Normalmente lo que hace es inventar definiciones o describir cosas de forma inesperada. A simple vista muchas de las relaciones no tienen sentido, pero no es así. El autor sabe compaginar la musicalidad, la belleza de las palabras con el significado de éstas, puede ser que no sean los significados que aparecen en el diccionario, pero puede ser que los diccionarios estén equivocados y Ramón, desde su elefante, se burla de ellos, porque si las palabras no se usaran y no se jugara con ellas, el diccionario acabaría siendo un buen cementerio.

El libro es un pájaro con más de cien alas para volar.
Los rosales son poetas que quisieron ser rosales.
Escribir es que le dejen a uno llorar y reír a solas.
Los haikai son telegramas poéticos.
Al inventarse el cine las nubes paradas en las fotografías comenzaron a andar.
Cuando el escritor ha llegado a la vejez, es cuando sospecha que el artículo que está escribiendo lo escribió ya otra vez.
Tocar la trompeta es como beber música empinando el codo.
¡Qué partido saca el tenor de un bostezo!
La ópera es la verdad de la mentira, y el cine es la mentira de la verdad.
Es conmovedor en las óperas ver que cuando lloriquea la que canta todo el coro la consuela.
La luna es un banco de metáforas arruinado.
Los pianos de cola se abren como sigilosos cepos para cazar malos pianistas.
El tango está lleno de despedidas.
El escritor quiere escribir su mentira y escribe su verdad.
El de los platillos espera, con uno en alto, la orden de la batuta para despertar a los que se han dormido.
Sólo el poeta tiene reloj de luna.
Era un pintor tan viejo que se le habían quedado calvos los pinceles.
El libro es el salvavidas de la soledad.
El lector como la mujer ama más a quien más lo ha engañado.
Los tenores de ópera parecen algo más que tenores de ópera, pero no son más que tenores de ópera.
El poeta miraba tanto al cielo que le salió una nube en un ojo.
Al ver cómo se repiten trucos y mentiras en la pantalla nos preguntamos. ¿Es que los cómicos de cine no van al cine?
Ópera: enema fatal.
La O es la I después de comer.
La ü con diéresis es como la letra malabarista del abecedario.
Las palabras con puntos suspensivos resultan aderezadas con guisantes.
Los presos a través de la reja ven la libertad a la parrilla.
Los bostezos son oes que huyen.
Un tumulto es un bulto que les sale a las multitudes.
No tiene importancia que el cazador mate un pichón, sino que haya matado un vuelo.
El mejor destino que hay es el de "Supervisor de nubes" acostado en una hamaca mirando al cielo.
Para lo que más fuerza necesita el enfermo es para abrir el frasco de la medicina.
El fotógrafo nos coloca en la postura más difícil con la pretensión de que salgamos más naturales.
La mosca se posa sobre lo escrito, lo lee y se va como despreciando lo que ha leído. ¡Es el más exigente crítico literario!
La inmortalidad del cangrejo consiste en andar hacia atrás, rejuveneciéndose hacia el pasado.
¿Y si las hormigas fuesen ya los marcianos establecidos en la tierra?
Un centenario consiste en limpiar con un plumero el busto en yeso del centenariado.
Al repartir los puros el anfitrión, es como si premiase a los que se han portado bien en la mesa.

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