14 de enero de 2005

Os transcribo lo que pone de Néstor Perlongher, la editorial Seix Barral en sus 'Poemas completos' (en la solapa de la portada):
"Néstor Perlongher nació en Avellaneda, provincia de Buenos Aires, la noche de Navidad de 1949. En 1982, terminada su licenciatura en sociología, se fue a vivir a San Pablo, donde ingresó en la Maestría de Antropología Social, en la Universidad de Campinas, de la que en 1985 fue nombrado profesor.
Su obra poética publicada comprende seis libros: Austria-Hungria (Buenos Aires, 1980), Alambres (Buenos Aires, 1987; Premio 'Boris Vian' de Literatura Argentina), Hule (Buenos Aires, 1989), Parque Lezama (Buenos Aires, 1990), Aguas aéreas (Buenos Aires, 1990) y El chorreo de las iluminaciones (Caracas, 1992). Colaboró asiduamente en las revistas El Porteño, Alfonsina, Último Reino y Diario de Poesía. Preparó la antología Caribe transplantino. Poesía neobarroca cubana y rioplatense (San Pablo, 1991) y publicó numerosos textos en prosa, entre los que se destacan El fantasma del SIDA (Buenos Aires, 1988) y La Prostitución masculina (Buenos Aires, 1993).
Murió en San Pablo el 26 de noviembre de 1992."

Esto es lo que el editor ha puesto sobre él, si leyerais sus poemas podríais pensar que fue un hombre algo triste y con una cultura impresionante. A mí lo primero que me impresionó de él fue su vocabulario, tengo que reconocer que es bastante complicado por su riqueza, musicalidad y, en fin, el barroquismo del que era tan adecto.
Es una especie de escritor 'maldito' no sólo por su homosexualidad, sino por su trotskismo, su afiliación religiosa, sus estudios sangrantes sobre las cosas consideradas más sagradas en Argentina y, pese a todo esto, un excelente escritor contemporáneo.

Y pensar que a otros, cuando vemos una pecera, sólo se nos ocurre decir 'qué lindos pececitos', frente al casi orgiástico vocabulario de Perlongher:

"LA PECERA DEL AGUA
ígneos reptiles sacudían el cimbroneo de las colas drapeadas en el nimbo de hojarascas acuáticas, inmersas en el globuleo de las impresiones por el volumen traslúcido, una gosma -su delicada precipitación por valles de hondura pelicular- fragante anaranjaba al cordonear por lonjas de fulgor celofanesco, una película de gases o de rebuznos fétidos en el estanque de grasas aterciopeladas de su cuerpo, al tender el tobillo por las correas del reborde o enchastrar el empeine las alhajas de cieno de la costra resbalosa, crustácea, en finas cáscaras envuelve el nacimiento de la imagen -pez saltarín- el cielo raso de fragancias volcánicas, asiáticas, tórridas por la precipitación de limo descendiendo de las lianas del agua"


Luis García Montero está considerado como uno de los principales representantes de la actual poesía española. En su biografía dice que nació el año 1958, que está licenciado en Filología Hispánica, que hizo su doctorado sobre Alberti, que es profesor titular de la Universidad de Granada, que ha recibido algunos premios literarios, que ha escrito «Y ahora ya eres dueño del puente de Brooklyn» y «Tristia» en 1980, «El jardín extranjero» en 1983, «Rimado de ciudad» en 1985, luego publicó «Diario cómplice» en 1987, «Las flores del frío» en 1991, «Habitaciones separadas» en 1994, «Casi cien poemas» en 1997 y «Completamente viernes en 1998». Si el biógrafo tiene tendencia a la prensa rosa, dirá que estudió en los Escolapios y que está casado con la escritora Almudena Grandes. Sobre su estilo, que escribe poemas de amor y de desamor, que convierte la cotidianidad prosaica en poesía, que sus poemas son narrativos.
Personalmente me gusta su poesía porque se entiende, está cercana, porque, a veces, cuando he subido en un colectivo he sentido lo mismo que él describe en uno de sus poemas; porque he soñado también alguna vez que me cruzaba con la muerte; o porque he encontrado que todos los teléfonos de Granada estaban rotos cuando yo quería llamar.

YO SÉ QUE EL TIERNO AMOR ESCOGE SUS CIUDADES

Yo sé
que el tierno amor escoge sus ciudades
y cada pasión toma un domicilio,
un modo diferente de andar por los pasillos
o de apagar las luces.

Y sé
que hay un portal dormido en cada labio,
un ascensor sin números,
una escalera llena de pequeños paréntesis.

Sé que cada ilusión
tiene formas distintas
de inventar corazones o pronunciar los nombres
al coger el teléfono.
Sé que cada esperanza
busca siempre un camino
para tapar su sombra desnuda con las sábanas
cuando va a despertarse.

Y sé
que hay una fecha, un día, detrás de cada calle,
un rencor deseable,
un arrepentimiento, a medias, en el cuerpo.

Yo sé
que el amor tiene letras diferentes
para escribir: me voy, para decir:
regreso de improviso. Cada tiempo de dudas
necesita un paisaje.

PRIMER DÍA DE VACACIONES

Nadaba yo en el mar y era muy tarde,
justo en ese momento
en que las luces flotan como brasas
de una hoguera rendida
y en el agua se queman las preguntas,
los silencios extraños.

Había decidido nadar hasta la boya
roja, la que se esconde como el sol
al otro lado de las barcas.

Muy lejos de la orilla,
solitario y perdido en el crepúsculo,
me adentraba en el mar
sintiendo la inquietud que me conmueve
al adentrarme en un poema
o en una noche larga de amor desconocido.

Y de pronto la vi sobre las aguas.

Una mujer mayor,
de cansada belleza
y el pelo blanco recogido,
se me acercó nadando
con brazadas serenas.
Parecía venir del horizonte.

Al cruzarse conmigo,
se detuvo un momento y me miró a los ojos:
no he venido a buscarte,
no eres tú todavía.

Me despertó el tumulto del mercado
y el ruido de una moto
que cruzaba la calle con desesperación.
Era media mañana,
el cielo estaba limpio y parecía
una bandera viva
en el mástil de agosto.
Bajé a desayunar a la terraza
del paseo marítimo
y contemplé el bullicio de la gente,
el mar como una balsa,
los cuerpos bajo el sol.
En el periódico
el nombre del ahogado no era el mío.

ME PERSIGUEN

Me persiguen
los teléfonos rotos de Granada,
cuando voy a buscarte
y las calles enteras están comunicando.

Sumergido en tu voz de caracola
me gustaría el mar desde una boca
prendida con la mía,
saber que está tranquilo de distancia,
mientras pasan, respiran,
se repliegan
a su instinto de ausencia
los jardines.

En ellos nada existe
desde que te secuestran los veranos.
Sólo yo los habito
por descubrir el rostro
de los enamorados que se besan,

con mis ojos en paro,
mi corazón sin tráfico,
el insomnio que guardan las ciudades de agosto,
y ambulancias secretas como pájaros.



13 de enero de 2005

A JARIFA EN UNA ORGIA

Trae, Jarifa, trae tu mano,
ven y pósala en mi frente,
que en un mar de lava hirviente
mi cabeza siento arder.
Ven y junta con mis labios
esos labios que me irritan,
donde aún los besos palpitan
de tus amantes de ayer.
¿Qué la virtud, la pureza?
¿Qué la verdad y el cariño?
Mentida ilusión de niño
que halagó mi juventud.
Dadme vino: en él se ahoguen
mis recuerdos; aturdida,
sin sentir, huya la vida
paz me traiga el ataúd.
El sudor mi rostro quema,
y en ardiente sangre rojos
brillan inciertos mis ojos,
se me salta el corazón.
Huye, mujer; te detesto,
siento tu mano en la mía,
y tu mano siento fria,
y tus besos hielo son.
¡Siempre igual! Necias mujeres,
inventad otras caricias,
otro mundo, otras delicias,
¡o maldito sea el placer!
Vuestros besos son mentira,
mentira vuestra ternura,
es fealdad vuestra hermosura,
vuestro gozo es padecer.
Yo quiero amor, quiero gloria,
quiero un deleite divino,
como en mi mente imagino,
como en el mundo no hay;
y es la luz de aquel lucero
que engañó mi fantasía,
fuego fatuo, falso guía
que errante y ciego me tray.
¿Por qué murió para el placer mi alma,
y vive aún para el dolor impío?
¿Por qué si yazgo en indolente calma,
siento en lugar de paz, árido hastío?
¿Por qué este inquieto abrasador deseo
¿Por qué este sentimiento extraño y vago,
que yo mismo conozco un devaneo,
y busco aún su seductor halago?
¿Por qué aún fingirme amores y placeres
que cierto estoy de que serán mentira?
¿Por qué en pos de fantásticas mujeres
necio tal vez mi corazón delira,
si luego en vez de prados y de flores,
halla desiertos áridos y abrojos,
y en sus sandios o lúbricos amores
fastidio sólo encontrará y enojos?
Yo me arrojé, cual rápido cometa,
en alas de mi ardiente fantasía
doquier mi arrebatada mente inquieta
dichas y triunfos encontrar creía.
Yo me lancé con atrevido vuelo
fuera del mundo en la región etérea,
y hallé la duda, y el radiante cielo
vi convertirse en ilusión aérea.
Luego en la tierra la virtud, la gloria
busqué con ansia y delirante amor,
y hediondo polvo y deleznable escoria
mi fatigado espíritu encontró.
Mujeres vi de virginal limpieza
entre albas nubes de celeste lumbre;
yo las toqué, y en humo su pureza
trocarse vi, y en lodo y podredumbre.
Y encontré mi ilusión desvanecida,
y eterno e insaciable mi deseo.
Palpé la realidad y odié la vida:
sólo en la paz de los sepulcros creo.
Y busco aún y busco codicioso,
y aun deleites el alma finge y quiere;
pregunto, y un acento pavoroso
"¡Ay!, me responde, desespera y muere.
Muere, infeliz: la vida es un tormento,
un engaño el placer; no hay en la tierra
paz para ti, ni dicha, ni contento,
sino eterna ambición y eterna guerra.
Que así castiga Dios el alma osada
que aspira loca, en su delirio insano,
de la verdad para el mortal velada,
a descubrir el insondable arcano".
¡Oh, cesa! No, yo no quiero
ver más, ni saber ya nada;
harta mi alma y postrada,
sólo anhela descansar.
En mí muera el sentimiento,
pues ya murió mi ventura;
ni el placer ni la tristura
vuelvan mi pecho a turbar.
Pasad, pasad en óptica ilusoria,
y otras jovenes almas engañad;
nacaradas imágenes de gloria,
coronas de oro y laurel, pasad.
Pasad, pasad, mujeres voluptuosas,
con danza y algazara en confusión;
pasad como visiones vaporosas
sin conmover ni herir mi corazón.
Y aturdan mi revuelta fantasía
los brindis y el estruendo del festín,
y huya la noche y me sorprenda el día
en un letargo estúpido y sin fin.
Ven, Jarifa; tú has sufrido
como yo; tú nunca lloras.
Mas, ¡ay, triste! que no ignoras
cuán amarga es mi aflicción.
Una misma es nuestra pena,
en vano el llanto contienes...
Tú también, como yo, tienes
desgarrado el corazón.

- Se supone que Jarifa es una prostituta que sirve de pañuelo de lágrimas a Espronceda. Y es cierto que, en su desconsuelo y tristeza, se muestra totalmente misogeno. No es que Espronceda lo sea, pero los descalabros por él vivido le hace decir esas cosas. Espronceda, a veces, sufre porque realmente vive cosas dignas de hacer sufrir, pero otras veces, sufre porque su espíritu romántico y rebelde lo hace sufrir. El caso es que al final siempre sufre.

- Creo que Espronceda eligió la mejor forma de mostrar su rebeldía y de dejar constancia de ella: la escritura. Pero no sólo se limitó a ser rebelde en sus obras, fue rebelde en la vida y se murió justo cuando vio que esa rebeldía se iba a doblegar. ¿Cómo decía aquel actor norteamericano (ahora no recuerdo el nombre)? Decía algo así como que su ideal era disfrutar al máximo de la vida y hacer un bonito y joven cadaver (no era exactamente esto, pero creo que recoge la idea que él tenía). Bueno, pues, antes de él, los románticos ya lo habían hecho.

- El romántico no es el cursi, ser romántico (una vez ya hablamos sobre esto, creo), no es andar en un jardín de rosas, seleccionando pétalos para un libro de poemas. Eso es ser un cursi encantador.
El romanticismo es rebeldía. Rebeldía vista desde el siglo XVIII hacia el XIX. No es la rebeldía de decir que no a los padres, ni de portarse como un gamberro. El romántico genuino era rebelde frente a los preceptos impuestos, frente a la frialdad neoclásica. Esa rebeldía empujaba al romántico a eludir lo feo de lo real, por eso se inventaban mundos exóticos donde respirar mejor e imaginaban un oriente lleno de olores y odaliscas y sultanes (el modernismo toma luego todo ese mundo idealizado), o una idealizada Edad Media, llena de misterio y de encanto. Si el romántico huye de la realidad, no es porque no tiene los pies en el suelo, es porque quiere cambiarla, aunque sea a través de sus poemas o de sus leyendas (como Becquer).

Antonio Gala

Poeta español nacido en Córdoba en 1936 (hasta para esto hay dudas, porque según el registro civil de Brazastortas, en Ciudad Real, nació allí en 1930), sea como sea, Gala quiere ser cordobés y quiere haber nacido en el año 1936, los registros civiles al final no son nada más que burocracia.
Es licenciado en Derecho, Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas. Ha cultivado todos los géneros literarios, incluidos el periodismo, el relato, el ensayo y el guión televisivo.
Ha obtenido numerosos premios: Calderón de la Barca, Nacional de Literatura, Adonais y Planeta, han sido sus galardones más significativos.
De su obra poética se destacan las siguientes publicaciones: Enemigo íntimo, Sonetos de La Zubia, Poemas de amor y Testamento Andaluz. Entre sus obras de teatro: Anillos para una dama, ¿Por qué corres, Ulises?, Petra Regalada, Samarkanda, Carmen, Carmen y La truhana.
Como novelista, género al que llegó tarde: El manuscrito carmesí, La pasión turca, Aguila bicéfala y La regla de tres.
La crítica, no siempre benevola con él, lo ha considerado a veces como 'escritor para mujeres' y quizás tenga parte de razón, pero en todo caso es un escritor para mujeres que también leen los hombres.

La pasión turca (fragmento)
" La gente aspira a encontrar su otra mitad en su ciudad, en su barrio, y hasta en su calle; no sé cómo no la buscan en su cama. Y no es así: cerca nos tropezamos con los humildes premios de consolación. Las medias naranjas verdaderas están lejos casi siempre y son costosas. Lo que hemos de pedir, además de encontrarlas, es que el hallazgo no se produzca demasiado tarde. "

NO POR AMOR
No por amor, no por tristeza,
no por la nueva soledad:
porque he olvidado ya tus ojos
hoy tengo ganas de llorar.
Se va a vida deshaciendo
y renaciendo sin cesar:
la ola del mar que nos salpica
no sabemos si viene o va.
La mañana teje su manto
que la noche destejerá.
Al corazón nunca le importa
quién se fue sino quién vendrá.
Tu eres mi vida y yo sabía
que eras mi vida de verdad,
pero te fuiste y estoy vivo.
y todo empieza una vez más.
Cuando llegaste estaba escrito
entre tus ojos el final..
Hoy he olvidado ya tus ojos
y tengo ganas de llorar..

ALHAMBRA (TESTAMENTO ANDALUZ)

Contra la llama, sólo la llama.
Contra el agua, la flor del arrayán.
Bajo los artesones constelados
pronunciaste mi nombre.
Repítelo. "Todo está mal". Repítelo.
"Es malo todo". Repite tú mi nombre.
Contra mi llama, sólo tu llama.
Se debate el amor, crepita, rasga, esquiva,
muerde, se encrespa
lo mismo que un cachorro
del que ignoramos si juega o nos devora...
Tu voz me dá la fuerza
contra la fuerza. Nómbrame y viviremos.
Necesaria es la muerte;
necesarios los dioses despreciables.
Pero si tú me nombras...
Ah, si tú me nombraras...


Más información:
http://www.cabezonet.com/canales/sociedad/poemas/gala_bio.php

Greguerías

Gómez de la Serna definió 'greguería' simplemente como la suma del humor y la metáfora. Normalmente lo que hace es inventar definiciones o describir cosas de forma inesperada. A simple vista muchas de las relaciones no tienen sentido, pero no es así. El autor sabe compaginar la musicalidad, la belleza de las palabras con el significado de éstas, puede ser que no sean los significados que aparecen en el diccionario, pero puede ser que los diccionarios estén equivocados y Ramón, desde su elefante, se burla de ellos, porque si las palabras no se usaran y no se jugara con ellas, el diccionario acabaría siendo un buen cementerio.

El libro es un pájaro con más de cien alas para volar.
Los rosales son poetas que quisieron ser rosales.
Escribir es que le dejen a uno llorar y reír a solas.
Los haikai son telegramas poéticos.
Al inventarse el cine las nubes paradas en las fotografías comenzaron a andar.
Cuando el escritor ha llegado a la vejez, es cuando sospecha que el artículo que está escribiendo lo escribió ya otra vez.
Tocar la trompeta es como beber música empinando el codo.
¡Qué partido saca el tenor de un bostezo!
La ópera es la verdad de la mentira, y el cine es la mentira de la verdad.
Es conmovedor en las óperas ver que cuando lloriquea la que canta todo el coro la consuela.
La luna es un banco de metáforas arruinado.
Los pianos de cola se abren como sigilosos cepos para cazar malos pianistas.
El tango está lleno de despedidas.
El escritor quiere escribir su mentira y escribe su verdad.
El de los platillos espera, con uno en alto, la orden de la batuta para despertar a los que se han dormido.
Sólo el poeta tiene reloj de luna.
Era un pintor tan viejo que se le habían quedado calvos los pinceles.
El libro es el salvavidas de la soledad.
El lector como la mujer ama más a quien más lo ha engañado.
Los tenores de ópera parecen algo más que tenores de ópera, pero no son más que tenores de ópera.
El poeta miraba tanto al cielo que le salió una nube en un ojo.
Al ver cómo se repiten trucos y mentiras en la pantalla nos preguntamos. ¿Es que los cómicos de cine no van al cine?
Ópera: enema fatal.
La O es la I después de comer.
La ü con diéresis es como la letra malabarista del abecedario.
Las palabras con puntos suspensivos resultan aderezadas con guisantes.
Los presos a través de la reja ven la libertad a la parrilla.
Los bostezos son oes que huyen.
Un tumulto es un bulto que les sale a las multitudes.
No tiene importancia que el cazador mate un pichón, sino que haya matado un vuelo.
El mejor destino que hay es el de "Supervisor de nubes" acostado en una hamaca mirando al cielo.
Para lo que más fuerza necesita el enfermo es para abrir el frasco de la medicina.
El fotógrafo nos coloca en la postura más difícil con la pretensión de que salgamos más naturales.
La mosca se posa sobre lo escrito, lo lee y se va como despreciando lo que ha leído. ¡Es el más exigente crítico literario!
La inmortalidad del cangrejo consiste en andar hacia atrás, rejuveneciéndose hacia el pasado.
¿Y si las hormigas fuesen ya los marcianos establecidos en la tierra?
Un centenario consiste en limpiar con un plumero el busto en yeso del centenariado.
Al repartir los puros el anfitrión, es como si premiase a los que se han portado bien en la mesa.

Aproximación muy lejana a los personajes homéricos

Héctor y Aquiles son más de la Iliada que de la Odisea, incluso aparecen más en referencias de la Eneida, sobre todo Hector (qué bellas aquella despedida de su mujer y de su hijo).
En cuanto a Elena, salió mejor parada de lo que se merece, porque es la representación viviente del engaño matrimonial. Primero pone Grecia patas arriba para elegir marido, y luego, cuando se casa con el infeliz de Menelao, lo engaña con el primer muchachito guapo y exótico que se le presenta. Hay otro mito que dice que en realidad Helena iba a la fuerza a Troya, y cuando, a mitad de camino, desembarcaron en Egipto para reponer de agua y víveres la nave, ella se quedó allá, y una diosa inventó una especie de fantasma, de sombra, que sería la que se fue con Paris a Troya. Esto todavía es peor, porque estar diez años matándose por una sombra, es casi digno de ciertas guerras actuales más que de un mito como Zeus manda.
Aquiles es cosa aparte (Canta, oh diosa, la colera maldita del Pelida Aquiles que tantos dolores causó entre los incontables aqueos, y que precipitó al Hades innumerables almas de valientes héroes y los hizo presas de perros y aves... más o menos, que la memoria a veces falla), Aquiles es la representación del Heroe, del antigüo 'regimen' aristocrático. Al pobre lo han dejado sin prometida (Ifigenia), lo han dejado sin su parte del botín y para colmo han matado a Patroclo (su amigo), no es extraño que el pobre estalle como un polvorín. También son hermosas aquellas palabras cuando decide retirarse de la lucha, irritadísimo porque se ha quedado sin botín, y le dice a Agamenón que lo único que le ha dado esa guerra ha sido disgusto y sinsabores y que más cuenta le hubiera traído no moverse de Ptía.
En cambio Odiseo es la representación de la modernidad, del nuevo hombre que va a sustituir a tanto héroe. Es el humano frente al semidios. Por eso que necesite recurrir al ingenio, frente a la fuerza que le era connatural al semidios.
En cuanto a Penélope, mentira parece que fuera la prima de Helena y de Clitemnestra, ella tan sumisa, tan fiel a su marido, y sus primas casquivanas, mentirosas, infieles y asesinas.
Para mí Polifemo tiene tanto de tonto como de grande, porque se deja engañar como un corderillo y luego va a llorarle a su papi.
Me gusta la escena en que Nausicaa descubre a Odiseo en la playa. Todo ese episodio es una novela bizantina, pena que el chico ya esté casado, pero son las cosas de la vida y Nausicaa se porta como toda una reina y lo deja partir.
Por supuesto la mejor escena para mí, claro, es el descenso a los infiernos. Es tan buena, que hasta Virgilio la imita y hace bajar a su Eneas.
Y luego la reacción de Argos (esta escena ya la puse en este foro), pura demostración de lealtad animal. Bellísima.
La Odisea es un libro de viajes, desde luego que sí, pero también tiene mucho de fábula y de lo que luego se llamaría novela (para el nombre de novela, aún faltaban como unos veinte o treinta siglos), pero en muchas de sus libros ya se ve lo que iba a ser la novela (por llamarla de algún modo) bizantina. En cambio la Iliada es un libro de guerra, de demostración bélica, de canto a la heroicidad. Esa diferencia tan grande entre la una y la otra es la que ha provocado esa polémica entre los que hablan de un autor y los que hablan de varios autores. Hay una frase en todos los libros de textos de latín que dice, traducida: 'Pisistrato fue el que reunió todos los libros de Homero que se encontraban dispersos' (ahora no recuerdo de quién es la cita, pero no es anónima, tiene autor). Pero, bueno, tampoco es el sitio para ahondar sobre estas cosas.

Una simple flor

"Hace muchos, muchísimos años, tantos que ni los más viejos lo vieron; y en un país muy, muy lejano, tan lejano que ni se conoce, sucedió algo, algo que en sí mismo no fue muy llamativo, ni excesivamente espectacular: nació una flor. Pero era la flor más bella jamás contemplada por ojos humanos. Una flor digna de ser admirada sólo por los inmortales.
Quienes la vieron quedaron fascinados. Cuando fueron preguntados por la flor, unos dijeron que era blanca, otros que tenía el más bello tono rojo que se viera en una plata, otros que su azul asombraba por lo inusitado, algunos hablaban sobre sus tonos anacarados. Unos decían que tenía cuatro petalos, otros que sus petalos eran incontables...
Para cada uno, la flor fue diferente, para todos lo más hermoso que había orcurrido en sus vidas.
Los habitantes de aquel lejano país no dejaban de admirar, de alabar su maravillosa flor.
Tan entusiasmados estaban mirándola que se olvidaron de cuidarla.
Un día, uno de sus petalos cayó al suelo...
Todos se lamentaron cuando iban viendo caer un petalo tras otro, pero ninguno regó la flor, ni le cambió la tierra sobre la que se apoyaba, ni la protegió del frío...
La flor acabó secándose. Hombres y mujeres se culpaban los unos a los otros, en realidad nadie había hecho nada para conservar aquel magnífico regalo.
Igual que sucedió entonces, en aquel tiempo, en aquel lejano país, con aquella flor, nos olvidamos de cuidar las cosas hermosas que tenemos, y cuando vemos que vamos a perderlas nos limitamos a llorar y a sufrir, pero no hacemos gran cosa por solucionar el problema. Así ocurre con el amor, la amistad, la paz... y un día descubrimos que ya no tenemos petalos que admirar."
1999 - MIMR

10 de enero de 2005

A estas alturas, decir de los Goytisolo que todos fueron y son grandes escritores no es nada nuevo, decir que todos llevaron una vida aburguesada e intelectual, a la par que con bastantes problemas de índole personal, tampoco es nuevo. A veces, parece que vivir ciertas cosas hace que los sentidos se despierten y ello beneficia a la literatura. José Agustín decía en Palabras para Julia que la vida vale la pena vivirla, sin embargo, él no encontró mejor salida que su suicidio. “Si tuviera que vivir todo lo que he vivido, preferiría no volver a vivirlo”, había dicho poco antes. Sus poemas, fuera de toda regla académica y de todo grupo, estaban llenos de sufrimiento y de humanos sentimientos.

EL OFICIO DEL POETA

Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.
Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.

La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.

PALABRAS PARA JULIA

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.


Breve apunte sobre la evolución de Borges

Qué pena de Borges, que cuando se iba a morir prefiriera hacerlo en una tierra extraña, en la que él se había sentido más feliz que en ninguna otra... claro que leyendo las opiniones que sobre él se vierten en este foro, no me extraña nada.
Si echamos una mirada rápida sobre la vida política de Borges, perdonen los argentinos, porque una española se ocupe de estas cosas, podríamos decir de él que evolucionó como muchos otros intelectuales de su época: tuvo simpatia por revolución rusa (al menos él pensó en su juventud que intelectualmente los revolucionarios rusos eran perfectos, puro romanticismo juvenil), él se definía anarquista; era antiperonista acerrimo y luego fue anticomunista, ahora me pregunto yo, ¿todos los de derechas son facistas? Yo creía que no, pero claro hay cosas que sólo conozco por referencias, y tengo la sinceridad de decirlo.
Por otra parte, ¿no les parece que hay autores tan magistrales y con obras tan excelentes que deben quedar por encima de prejuicios vacuos? curiosamente hay escritores bastante mediocres, de los que nadie dice nada de su vida personal. ¿Por qué será?

Yerma de García Lorca

"¿De dónde vienes, amor, mi niño?
«De la cresta del duro frío.»

(Enhebra la aguja)

¿Qué necesitas, amor, mi niño?
«La tibia tela de tu vestido.»
¡Que se agiten las ramas al sol
y salten las fuentes alrededor!

(Como si hablara con un niño.)

En el patio ladra el perro,
en los árboles canta el viento.
Los bueyes mugen al boyero
y la luna me riza los cabellos.
¿Qué pides, niño, desde tan lejos?

(Pausa)

«Los blancos montes que hay en tu pecho.»
¡Que se agiten las ramas al sol
y salten las fuentes alrededor!

(Cosiendo)

Te diré, niño mío, que sí.
Tronchada y rota soy para ti.
¡Cómo me duele esta cintura
donde tendrás primera cuna!
¿Cuándo, mi niño, vas a venir?

(Pausa)

«Cuando tu carne huela a jazmín.
¡Que se agiten las ramas al sol
y salten las fuentes alrededor!"

Yerma es una mujer que desea con todo su alma tener un hijo, piensa que ella es esteril, pero un día le dicen que no, que el esteril es su marido y que si lo deja y va con otro hombre tendrá el hijo que ella tanto ansía. Sin embargo, opta por quedarse con su marido, no por amor, sino por resignación. Sabiendo que de esta manera nunca tendrá a su hijo entre los brazos. Esta es la historia. Pero detrás de Yerma hay algo más, Yerma es un poco Federico.

Yerma no tiene desperdicio en ningún momento, es una de las obras cumbres de Lorca, para mi gusto ésta, La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre, cuál de ellas mejor escrita, cuál de ellas, más hermosa.
Pero uno de los momentos más solemnes de la obra es esta escena en la que Yerma se resigna a su suerte, esteril y vacía por dentro antes de perder la honra. Es un sentimiento tan profundo que a veces, en un mundo como el actual, donde se compra y vende valores morales, se nos escapa.

"VIEJA. Pero tú tienes pies para marcharte de tu casa.

YERMA ¿Para marcharme?

VIEJA. Cuando te vi en la romería me dio un vuelco el corazón. Aquí vienen las mujeres a conocer hombres nuevos y el Santo hace el milagro. Mi hijo está sentado detrás de la ermita esperándote. Mi casa necesita una mujer. Vete con él y viviremos los tres juntos. Mi hijo sí es de sangre. Como yo. Si entras en mi casa, todavía queda olor de cunas. La ceniza de tu colcha se te volverá pan y sal para las crías. Anda. No te importe la gente. Y, en cuanto a tu marido, hay en mi casa entrañas y herramientas para que no cruce siquiera la calle.

YERMA. Calla, calla. ¡Si no es eso! Nunca lo haría. Yo no puedo ir a buscar. ¿Te figuras que puedo conocer otro hombre? ¿Dónde pones mi honra? El agua no se puede volver atrás, ni la luna llena sale a mediodía. Vete. Por el camino que voy seguiré. ¿Has pensado en serio que yo me pueda doblar a otro hombre? ¿Que yo vaya a pedirle lo que es mío como una esclava? Conóceme, para que nunca me hables más. Yo no busco.

VIEJA. Cuando se tiene sed, se agradece el agua.

YERMA. Yo soy como un campo seco donde caben arando mil pares de bueyes, y lo que tú me das es un pequeño vaso de agua de pozo. Lo mío es dolor que ya no está en las carnes.

VIEJA. (Fuerte.) Pues sigue así. Por tu gusto es. Como los cardos del secano. Pinchosa, marchita.

YERMA. (Fuerte.) Marchita sí, ¡ya lo sé! ¡Marchita! No es preciso que me lo refriegues por la boca. No vengas a solazarte, como los niños pequeños en la agonía de un animalito. Desde que me casé estoy dándole vueltas a esta palabra, pero es la primera vez que la oigo, la primera vez que me la dicen en la cara. La primera vez que veo que es verdad."


La tienda del herbolario de Valle-Inclán

Este poema es el último de su libro de poemas La pipa de Kif, del año 1919. En este libro, Valle Inclán llega a los máximos extremos del esperpento (en Luces de Bohemia, Valle nos dice qué es el esperpento, en una magnífica escena).
No sé por qué presiento que algunos cuando piensan en Valle no recuerdan nada más que al Marqués de Bradomín. Sin embargo, el Valle auténtico, el real, el de carne y hueso es este otro. Sumergido en un mundo bohemio, visitante asiduo del herbolario (y no para comprar precisamente regaliz para la tos). Es de este Valle-Inclán del que surgieron sus más logradas obras.
Personalmente, y esto lo digo por cierto nick, que me lo preguntaba más abajo, prefiero la sencillez y cotidianidad de Machado, me siento más cercana a él. No dejo de valorar la poesía de Valle, pero prefiero su teatro. Tanto como el teatro de Lorca, aunque, de vuelta a las opiniones personales, si tuviera que hacer una selección de obras de teatro, en ella incluiría más obras de Lorca que de Valle. Los sentimientos que Lorca expresa en su teatro son universales, los de Valle no lo son tanto, en mi opinión, claro está. Aunque, y siempre hay excepciones, uno de los mejores personajes de la dramaturgia española sea Max Estrella.
Lo que sí es cierto es que las comparaciones son odiosas, tanto como quienes las proponen, así que mejor decir que cada uno dentro de lo suyo, fue genial y que por eso ocupan el lugar que hoy ocupan dentro de la literatura universal.

CLAVE XVII
LA TIENDA DEL HERBOLARIO

Aquella cueva del herbolario
se me ofrecía como un breviario.
Lleno de goces y de visiones
cálidas: sierpes y tentaciones.
¡Y tan oscura! Daban su esencia
las yerbas. Era llena de ciencia.
Embalsamado breviario, abierto
sobre las sombras de un hondo huerto.
Clave de aromas que en sí condensa
del universo la visión densa.
1
Yerba del Hombre de la Montaña,
el Santo Oficio te halló en España.
Cáñamos verdes son de alumbrados,
monjas que vuelan y excomulgados.
Son ciencia negra de la Caldea
con que embrujada fue Melibea.
2
¡Canela en rama! ¡Tabaco en rolla!
Visión de Cuba, canción criolla.
Lentos guitarros, lentos danzones,
negros bozales y cimarrones.
Rejas morunas, rosas bermejas,
olor de senos tras de las rejas.
Olor divino de la mulata
que trae un recuerdo del Mahabarata.
Ardiente esencia de la canela
(¡canela! Encomio de la mozuela).
3
¡El Heliotropo! Tan eclatante
con su académico griego pedante.
¡Los girasoles! Incas trofeos,
mito de mitos indo-caldeos.
Y el otro Helio-Tropo morado
de flor humilde, muy esenciado.
El buen amigo de las solanas
viejas, y huésped de las ventanas.
Por veces muere de un arrebato,
dicen que es cuando lo riega el gato.
(Siempre hay un gato que ronda el tiesto,
mueve la cola y arruga el gesto,
husmea el griego de la Academia
y lo aniquila con su blasfemia.)
4
¡Coca! A tu arcana norma energética
rimo estas prosas de apologética.
¡Coca! Epopeya del Araucano
que al indio triste torna espartano.
Lima virreina, Lima la lueña,
no es bizantina porque es tu dueña.
Mordió Pizarro tu fibra dura
y se hizo uno con su armadura.
Alzó ciudades, cavó tesoros,
tuvo mujeres como los moros.
Hizo la guerra que hace el creyente,
fue tan avaro como valiente.
Y cachicuerno como el cuchillo
con que a los puercos mató en Trujillo.
(Tuvo en las Indias las mismas manos,
allá son reyes y acá marranos.)
5
¡Xalapa! Iglesias y costanillas,
tras de las bardas uno en cuclillas.
6
¡Campeche! Sedes. Frondas de loros.
Pintados vuelos de tocoloros.
Flautas que encantan a las serpientes,
rostros greñudos de blancos dientes.
¡Viejo Tlaxcala! ¡Boca de enigma!
¿Por qué a la sierpe torna benigna
tu flauta?¿Acaso llegas de Oriente,
flauta que encantas a la serpiente?
¡Mar de esmeralda! ¡Bosques con monos!
¡Haciendas de indios! ¡Blancos patronos!
7
¡La Pita! Verde que en cadmio quiebra
con un remedo de la culebra.
Zumo de pita. Pulque. Placeres
de Baco, y celo por las mujeres.
Melancolía del indio. Pena
de los que arrastran una cadena.
¡La Pulquería! Lento guitarro.
Bailes lascivos. Roto de un charro.
(Pulque: brebaje de gusto adusto
que el indio encuentra muy de su gusto.)
8
¡Cacao! Afrodita jardín del puma
y chocolate de Moctezuma.
El chocolate -parece cuento-
no lo inventaron en un convento.
Unos lo achacan a los Aztecas,
disputan otros si Chucumecas.
Hay sus dos credos con sus dos papas.
¡Si fue en Tabasco! ¡Si fue en Chiapas!
(Cacao en la lengua del Anahuac
es pan de dioses, o Cacahuac.
Y el nombre sabio sigue la broma,
cacao en la lengua griega: Theobroma.)
9
¡Té paraguayo del Picomayo!
Al mate dicen té paraguayo.
El mate amargo. Viento pampero.
Las vidalitas en el potrero.
Barbas caprinas, rostro cobrizo,
largas miradas de adusto hechizo.
Viejas de negra teta colgante,
de algún armenio la sombra errante.
Galopa el gaucho. Lazo tendido,
caballo al viento y un alarido.
Es el compadre que en el bochinche
dice al compadre: -Vea no lo pinche.
La Pulpería La Montonera.
La pampa enorme con su sonsera.
(¡Mate! Una negra con su canción
cebaba el mate. Yo era el patrón.)
10
¡Adormideras! Feliz neblina,
humo de opio que ama la China.
El opio evoca sueños azules,
lacas, tortugas, leves chaúles.
Ojos pintados, pies imposibles,
lacias coletas, sables terribles.
Verdes dragones, sombras chinescas,
trágicas farsas funambulescas.
Genuflexiones de Mandarines,
sabias princesas en palanquines.
Y nombres largos como poemas
que evocan flores, astros y gemas.
11
¡Verdes venenos!¡Yerbas letales
de Paraísos Artificiales!
A todos vence la marihuana,
que da la ciencia del Ramayana.
¡Oh! Marihuana, verde neumónica,
cannabis índica et babilónica.
Abres el sésamo de la alegría,
cáñamo verde, kif de Turquía.
Yerba del Viejo de la Montaña,
el Santo Oficio te halló en España.
Yerba que inicias a los faquires,
llena de goces y Díes Ires.
¡Verde esmeralda -loa el poeta
persa- tu verde vistió el profeta!
(Kif -yerba verde del persa- es
el achisino bhang bengalés.
Charas que fuma sobre el diván,
entre odaliscas, el Gran Sultán.)
FINIS
Se apagó el fuego de mi cachimba,
y no consigo ver una letra.
Mientras enciendo -taramba y timba
tumba y taramba- pongo una &.