7 de enero de 2005

De caballos

Me gusta la idea de buscar poemas que traten de un mismo tema y ver cómo lo trata cada uno y qué aspectos se destaca y los diferencian. Esta canción de Horacio Guarany creo que merece estar aquí.

CABALLO QUE NO GALOPA
Horacio Guarany (Argentina)


Caballo que no galopa
va derecho al pisadero
y al que lo topa la muerte
va derechito al infierno
Andar sólo y galopando
como quien se va perdiendo
con el alma dolorida
caminito de los cerros
Andar solo y galopando
como quien se va nomás
las lágrimas bajo el poncho
porque no es de hombre llorar

(Estribillo)

Mi caballito querido
ésta te pido nomás
nos han echado los perros
pero no me han de alcanzar
Caballo que no galopa
va derecho al pisadero
estrella que no hace noche
se alumbra con el lucero
Soy jinete de la noche
voy galopando hacia el alba
ando lejos de mi tierra
por no vender mi guitarra
Soy jinete de la noche
algún día aclarará
sólo le pido a mi tierra
que no me quiera olvidar.

Lorca, imposible que no aparezca.

CANCIÓN DEL JINETE (de Lorca)

Córdoba.
Lejana y sola.

Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.

Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.

¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera,
antes de llegar a Córdoba!

Córdoba.
Lejana y sola.

Y, por Dios, que no podía faltar en esta selección de poesía caballar, una de las coplas más tarareadas en España desde que su autor, Ramón Perelló, la escribiera (por supuesto, la cantó Estrellita Castro, no faltaría más). Este poeta, bastante comprometido con los movimientos anarquistas durante la república y la guerra civil, nació en La Unión, un pueblecito minero de la provincia de Murcia, pero fue uno de los mejores representantes de la copla y de la canción andaluza. Al fin y al cabo, ¿qué es la geografía?
Por supuesto, la jaca es, como el caballo, representante de la libertad, de la fuerza de la naturaleza, es lo que une al hombre con la tierra.
MI JACA

Er tronío, la guapeza y la solera,
y el embrujo de la noche sevillana
no lo cambio por la gracia cortijera
y er trapío de mi jaca jerezana.
A su grupa voy lo mismo que una reina
con espuelas de diamantes a los piés,
que luciera por corona y como peina,
que luciera por corona y como peina
la majeza der sombrero cordobés.
Mi jaca
galopa y corta el viento
cuando pasa por el puerto
caminito de Jerez.
La quiero
lo mismito que ar gitano
que me está dando tormentos
por curpita del queré.
Mi jaca
galopa y corta el viento
cuando pasa por el puerto
caminito de Jerez.
A la grupa de mi jaca jerezana
voy mesiéndome artanera y orgullosa,
como mece el aire por mi ventana
los geranios, los claveles y las rosas.
A su paso con er porvo der sendero,
cuando trota para mí forma un altar,
que ilumina el resplandor de los luseros
que ilumina el resplandor de los luseros
y que alfombra la ilusión de mi cantar.
Mi jaca
galopa y corta el viento
cuando pasa por el puerto
caminito de Jerez.
La quiero
lo mismito que ar gitano
que me está dando tormentos
por curpita del queré.
Mi jaca
galopa y corta el viento
cuando pasa por el puerto
caminito de Jerez.

5 de enero de 2005

LOS REYES MAGOS

Desde que era pequeña, me enseñaron que aquel señor gordo con barbas blancas y pintado de rojo por una marca de refrescos, con un ridiculo gorrito de dormir y un montón de renos que volaban mejor que los aviones de Iberia, que se metía por chimeneas (pese a su volumen) y que se reía de forma ordinariota, era puro cuento y pura propaganda.
Nosotros debíamos esperar con paciencia al día 5 de enero, ir a ver las cabalgatas de los Reyes Magos, que de forma misteriosa podían estar simultaneamente desfilando por todas las calles del país, acostarme tempranito y sufrir la impaciencia de mis hermanos menores, que preparaban argucias durante toda una semana para levantarse a la madrugada, sin que nuestros padres lo percataran, e ir a jugar por adelantado con los regalos que habían tenido a bien dejarnos los magníficos caballeros de los camellos (ya sabemos que la lengua es así de descriminatoria, caballero es el que anda a caballo y es noble, camellero es el criado que cuida al camello). Y estos tres sí que sí, sí que eran los nuestros: Melchor, el pelirrojo; Gaspar, el noble anciano y Baltasar, el negro (al menos así estaban en el 'Belén' que mi madre guardaba año tras año, para volver a colocar el día 22 de diciembre, que era la tradición en casa: poner el belén mientras que sonaba el soniquete de los niños de San Idelfonso). El día 6, tocaba desayunar todos juntos con la rosca de reyes, que al final se quedaba siempre sobre la mesa (por eso digo desayunar con la rosca de reyes, y no desayunar rosca de reyes), y poner toda la casa llena de papeles de envoltorio. Probablemente para el día 8, nos dieramos cuenta de que no nos habían traído lo que habíamos pedido o se nos perdieran la mitad de las fichas de aquel maravilloso juego educativo con el que ya no podíamos volver a jugar, pero no importaba. Siempre quedaba el próximo año.
ESte poema de Gloria Fuertes, ya lo he puesto más abajo en este mismo foro, pero creo que el día de hoy merita volver a ponerlo:

El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.

Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su "Longinos".

-¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!

-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.

El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.

Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.

A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!

Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.

Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.

-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.

A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.
Aristóteles: La Poética
Una auténtica autoridad en el tema. Supongo que nadie lo pondrá en duda:
Capítulo I
“Como nuestro tema es la poética nos proponemos hablar no sólo de la poética
misma sino también de sus especies y sus respectivas características, de la trama requerida para componer un bello poema, del número y la naturaleza de las partes constitutivas de un poema y también de los restantes aspectos que atañen a la misma investigación. Hemos de seguir, pues el orden natural y comenzar con los primeros hechos. La epopeya y la poesía trágica, como asimismo la comedia, el ditirambo y, en su mayor parte, el arte de tocar la flauta y la cítara, son todos imitaciones (mimesis) si se los considera de manera general. Pero, al mismo tiempo difieren entre sí de tres maneras ya por la diferencia de clase en sus medios, o en los objetos, o en la manera de sus imitaciones.
Puesto que el color y la forma se usan corno medios por quienes (bien por el arte o la práctica constante) imitan y dibujan diversos objetos mediante su ayuda, y la voz es empleada por otros, así también en el grupo de artes mencionado, los medios para ellos son, en general, el lenguaje y la armonía, empleados bien simplemente o en determinadas combinaciones. Una combinación de sólo armonía y ritmo es el medio adecuado en el arte
de tocar la flauta y la lira y otras artes que responden a la misma descripción, por ejemplo la siringa imitativa. El ritmo solo, sin la armonía, es el recurso en las imitaciones del bailarín; pues aun éste, mediante el ritmo de sus actitudes puede representar los caracteres de los hombres, así corno también lo que ellos hacen y sufren. Hay, además, un arte que imita sólo a través del lenguaje, sin armonía, en prosa o en verso, ya en uno o en pluralidad de metros.
Esta forma de imitación carece un nombre hasta hoy. No tenemos, en efecto,
nombre común para un mimo de Sofrón o de Jenarco y para un diálogo de Sócrates; y ciertamente tampoco tenemos un término si la imitación en ambos ejemplos fuera en trímetros o elegíacos u otro tipo de verso. Es verdad que la gente agrega la palabra poeta al nombre de un metro y habla de poetas elegíacos y poetas épicos, y piensa que se los llama poetas no en razón de la índole imitativa de su trabajo, sino de manera indiscriminada a causa del metro en que escriben. Aun si una teoría médica o de filosofía física se expresara en forma métrica, sería común designar al autor de este modo. Homero
y Empédocles, sin embargo, no tienen entre sí ninguna afinidad, fuera del metro en que se expresan; de modo que si a uno se le llama poeta, al otro se le debería designar físico y no poeta. Estaríamos en la misma posición, por supuesto, si la imitación en estos ejemplos fuera en todos los metros, tal como el Centauro de Queremón (una rapsodia compuesta de versos de toda clase), y habría que reconocer a Queremón como poeta. Suficiente, pues, para estas artes. Existen, en suma, algunas otras artes que combinan todos los medios
enumerados, ritmo, melodía y verso, por ejemplo, la poesía ditirámbica y nómica , la tragedia y la comedia, con la diferencia, empero, de que las tres clases de medios son todos empleados juntos en algunos de ellos, y en otros aparecen separados, uno después de otro. Tales son las diferencias que yo establezco entre las artes en cuanto a los medios de realizar la imitación.”

IV
"Es evidente que el origen general de la poesía se debió a dos causas; cada una de ellas parte de la naturaleza humana. La imitación es natural para el hombre desde la infancia, y esta es una de sus ventajas sobre los animales inferiores, pues él es una de las criaturas más imitadoras del mundo, y aprende desde el comienzo por imitación. Y es asimismo natural para todos regocijarse en tareas de imitación. La verdad de este segundo punto se muestra por la experiencia; aunque los objetos mismos resulten penosos de ver nos deleitamos en contemplar en el arte las representaciones más realistas de ellos, las formas, por ejemplo, de los animales más repulsivos y los cuerpos muertos. La explicación se encuentra en un hecho concreto: aprender algo es el mayor de los placeres no sólo para el filósofo, sino también para el resto de la humanidad, por pequeña que sea su aptitud para ello; la razón del deleite que produce observar un cuadro es que al mismo tiempo se aprende, se reúne el sentido de las cosas, es decir, que el hombre es de este o aquel modo; pues si no hubiéramos visto el objeto antes, el propio placer no radicaría en el cuadro como una imitación de éste, sino que se debería a la ejecución o al colorido o a alguna causa semejante. La imitación, entonces, por sernos natural (como también el sentido de la armonía y el ritmo, los metros que son por cierto especies de ritmos) a través de su original aptitud, y mediante una serie de mejoramientos graduales en su mayor parte sobre sus primeros esfuerzos, crearon la poesía a partir de sus improvisaciones.
La poesía, sin embargo, pronto se dividió en dos clases según las diferencias de carácter en los poetas individuales; pues los más elevados entre ellos debían representar las acciones más nobles y los personajes más egregios; mientras los de espíritu inferior representaban las acciones viles. Estos últimos producían invectivas primero, así como otros componían himnos y panegíricos. No conocemos ningún poema de los poetas prehoméricos, aunque sin duda hubo muchos autores entre ellos; pueden hallarse ejemplos, por cierto, desde Homero en adelante, tal su margites y poemas similares de otros. En esta poesía de invectiva su natural adecuación produjo el metro yámbico que quedó en uso; de aquí nuestro presente término "yámbico ", porque era el metro de sus yambos o invectivas de unos contra otros. Como resultado se obtuvo que los viejos poetas se convirtieron, algunos de ellos, en autores del verso heroico y otros del yámbico. (...) Pero tan pronto como la tragedia y la comedia aparecieron en el ambiente, aquellos naturalmente atraídos por cierta línea de poesía se convirtieron en autores de comedias en lugar de yambos, y los otros inclinados por su índole a una línea distinta, en creadores de tragedias en lugar de epopeyas, porque estos nuevos modos del arte resultaban más majestuosos y de mayor estima que los antiguos. (...)"
En realidad, si analizamos detenidamente las actuales corrientes, nihil novum sub solem, diferentes terminologías para las mismas cosas.


Gloria Fuertes

ORACIÓN

Que estás en la tierra, Padre nuestro,
Que te siento en la púa del pino,
En el torso azul del obrero,
En la niña que borda curvada
La espalda, mezclando el hilo en el dedo.
Padre nuestro que estás en la tierra,
En el surco,
En el huerto,

En la mina,
En el puerto,
En el cine,
En el vino,
En la casa del médico.
Padre nuestro que estás en la tierra,
Donde tienes tu gloria y tu infierno
Y tu limbo; que estás en los cafés
Donde los pudientes beben su refresco.
Padre nuestro que estás en la tierra,
En un banco del Prado leyendo.
Eres ese viejo que da migas de pan a los pájaros del paseo.

Padre nuestro que estás en la tierra,
En la cigarra, en el beso,
En la espiga, en el pecho
De todos los que son buenos.

Padre que habitas en cualquier sitio,
Dios que penetras en cualquier hueco,
Tú que quitas la angustia, que estás en la tierra,
Padre nuestro que sí que te vemos
Los que luego hemos de ver,
Donde sea, o ahí en el cielo.
ARTE POÉTICA

Escribo como escribo,
A veces deliberadamente mal,
Para que os llegue bien.

(De Historia de Gloria, Madrid: Cátedra).



SIEMPRE CON LOS COLORES A CUESTAS
No olvido cuando rojos y negros
Corríamos delante de los grises
Poniéndoles verdes.
Cuando rojos y verdes
Temblábamos bajo los azules (de camisa)
Bordada en rojo ayer.
Asco color marrón
Que siempre huele a pólvora.
Páginas amarillas leo hoy
Para encontrar a un fontanero
Que no me clave.
Siempre con los colores a cuestas.
Siempre con los colores en la cara
Por la vergüenza de ser honesta.
Siempre con los colores en danza.
Azul contra rojo
Negro contra marrón
Como si uno fuera Dalí o Miró.

(De Mujer de verso en pecho, Madrid: Cátedra, 1996).
(AUTO DE LOS REYES MAGOS)

El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.

Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su "Longinos".

-¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!

-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.

El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.

Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.

A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!

Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.

Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.

-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.

A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.

AUTOBIO
Nací a muy temprana edad.
Dejé de ser analfabeta a los tres años,
virgen, a los dieciocho,
mártir, a los cincuenta.

Aprendí a montar en bicicleta,
cuando no me llegaban
los pies a los pedales,
a besar, cuando no me llegaban
los pechos a la boca.
Muy pronto conseguí la madurez.

En el colegio,
la primera en Urbanidad,
Historia Sagrada y Declamación.
Ni Álgebra ni la sor Maripili me iban.
Me echaron.
Nací sin una peseta. Ahora,
después de cincuenta años de trabajar,
tengo dos.

El 28 de julio de 1917 nace Gloria Fuertes en Madrid, en el seno de una familia humilde. De los 2 a los 14 años asiste a diversos colegios, entre ellos uno de monjas, que ella recuerda en un poema:
"Me llevaron a un colegio muy triste
donde una monja larga me tiraba pellizcos
porque en las letanías me quedaba dormida".
A los 14 años entró como alumna en el Instituto de Educación Profesional de la Mujer, donde obtuvo diplomas de Taquigrafía y Mecanografía, Gramática y Literatura así como en Higiene y Puericultura.
En el año 34 fallece su madre y Gloria empieza a trabajar como contable en una fábrica; allí, entre cuenta y cuenta, escribe poemas. En 1935 publicó sus primeros versos y dio sus primeros recitales de poesía en Radio Madrid. Desde 1938 hasta 1958 trabaja de secretaria en "horribles oficinas", según ella misma confiesa.
En 1939 aparece como redactora de la Revista Infantil "Maravillas", donde publicaba semanalmente cuentos, historietas y poesía para niños, hasta el año 1953. 1940-1945: se estrenan diversas obras suyas de teatro infantil y poemas escenificados en varios teatros de Madrid. Desde 1940 hasta 1955 es colaboradora de la revista femenina "Chicas" donde publica cuentos de humor. En 1942 conoce a Carlos Edmundo de Ory, integrándose en el movimiento poético denominado "Postismo" y colaborando en las revistas "Postismo" y "Cerbatana", junto con Ory, Chicharro y Sernesi.
En 1947 funda el grupo femenino "Versos con faldas" que se dedica durante dos años a ofrecer lecturas y recitales por cafés y bares de Madrid. Y obtiene el 1º premio de "Letras para canciones" de Radio Nacional de España. 1950: publica "Isla Ignorada", su primer poemario. 1950 - 1954, fundadora y directora de la revista poética "Arquero" junto con Antonio Gala, Rafael Mir y Julio Mariscal. En 1952 estrena su primera obra de teatro en verso "Prometeo" en el Teatro del Instituto de Cultura Hispánica. En 1954 publica en Lírica Hispana (Caracas) "Antología Poética" y "Poemas del suburbio". Ese mismo año aparece "Aconsejo beber hilo" en la colección Arquero.
1955-1960: cursa estudios de biblioteconomía e Inglés en el International Institute. Organizó la primera biblioteca Infantil Ambulante para pequeños pueblos. En 1958 obtiene la primera mención del concurso "Lírica Hispana" de Caracas con su obra "Todo asusta". Desde 1958 hasta 1961 trabajó como bibliotecaria en el Instituto Internacional.
Desde 1960 a 1963 reside en los Estados Unidos al obtener una beca Fullbright de Literatura Española, impartiendo clases en las universidades de Brucknell, Mary Baldwin y Bryun Mawr. "La primera vez que entré en una universidad fue para dar clases en ella". En 1965 obtiene el Premio Guipúzcoa de poesía con "Ni tiro, ni veneno, ni navaja". En 1966, premio "Lazarillo" con "Cangura para todo". 1968: Le conceden el Diploma de Honor del Premio Internacional Andersen para Literatura Infantil. Ese mismo año publica "Poeta de guardia". 1972: Beca March para Literatura Infantil, que le permite dedicarse por entero a la literatura.
En la década de los 70 colabora activamente en diversos programas infantiles de TVE, siendo "Un globo, dos globos, tres globos" y "La cometa blanca" los que la convierten definitivamente en la poeta de los niños. La actividad de Gloria Fuertes es imparable: lecturas, recitales, homenajes... siempre cerca de los niños; publicando continuamente, tanto poesía infantil como de adultos. Fallece el 27 de noviembre de 1998, en Madrid y no hubo niño o adulto que no la echara en falta.


Aurea mediocritas

En esta oda aparece una de las idea éticas horacianas: la 'aurea mediocritas', el dorado término medio de Aristóteles, donde se encuentra la felicidad y la virtud. Exhorta a Licinio Murena a que esté preparado para los cambios de la Fortuna. Este Licinio Murena, hombre ambicioso, y emparentado con Mecenas, participó en una conspiración contra Augusto, que le iba a costar la vida.
"Vivirás mejor, Licinio, no corriendo siempre hacia alta mar
ni acercándote demasiado a las costa peligrosa
cuando, precavido, temes las borrascas.
El que prefiere un feliz término medio
ni, prudente, tiene la sordidez de un techo miserable
ni, más austero, posee una mansión envidiable.
Con más frecuencia es zarandeado por los vientos
el enorme pino,
y las elevadas torres caen con más terrible caída
y hieren los rayos los montes más elevados.
Tiene esperanza en las adversidades
y teme en la prosperidad un cambio de Fortuna
el espíritu bien preparado.
Júpiter hace volver el riguroso invierno
y él mismo lo destierra.
Si las cosas no van bien ahora, no siempre serán así;
Apolo despierta, de vez en cuando, con su citara
su Musa silenciosa
y no siempre tiene tenso su arco.
En las situaciones difíciles
muéstrate animoso y fuerte;
de igual manera, con prudencia,
arriarás las hinchadas velas ante un viento
demasiado favorable."

Sobre los poetas noveles y los poetas sabios

Difiero de los foristas que creen que los autores consagrados no vale la pena publicarlos, porque son de todos conocidos. No creo que sea así. Y aunque así fuera, no está nada mal que recordemos los cimientos de la misma cultura.
Me agrada mucho leer poemas y composiciones de algunos de los foristas que aquí escriben, creo que algunas de estas obras son excelentes. Pero, incluso a estos poetas que viven en el anonimato, les viene bien conocer la obra de los grandes poetas de la historia de la literatura. No creo que les resulte un refuerzo negativo, sino al contrario, siempre es bueno aprender de los que ya han llegado. Que un poeta novel (o no tan novel, pero que permanece en el anonimato) lea a los grandes poetas ya reconocidos no va en detrimento de lo que hace, al contrario.
Por otra parte, en cuanto a la cuestión de si un sabio puede o no ser poeta, es también bastante dificultoso como para decir, ya ha terminado la discusión, el sabio no puede ser poeta. ¿Eso quiere decir que los poetas deben de ser analfabetos? ¿Qué deben vivir en un idealizado parnaso, sencillos como las mariposillas y alejados de todo conocimiento? Un Jorge Guillén, un Dámaso Alonso, un Vicente Aleixandre, un Fray Luis de León (por nombrar de otras épocas), y otros muchos poetas que fueron universitarios o que tuvieron cierta cultura, ¿no fueron buenos poetas, por el hecho de estar instruidos? Si esto fuera así, nos cargaríamos a gran parte de la poesía de la Generación del 27, que por todos es sabido, es la más significativa en lengua española, desde el siglo de Oro. A pesar de que la mayoría de sus componentes fueron profesores universitarios.


Habrá un silencio verde

Gerardo Diego (Santander, 1896-Madrid, 1987) estudió Filosofía y Letras en Deusto (Bilbao) y se especializó en Letras (en Salamanca y Madrid). Hizo el doctorado en Letras. Fue profesor de literatura desde el año 1920. Además es uno de los poetas más significativos de la Generación del 27. Fue académico de la RAE. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1925, y Miguel de Cervantes (junto con Borges) en 1979. Muchos poetas del primer tercio del siglo XX no se habrían llegado a conocer si no fuera por su Poesía española contemporánea. Su producción poética fue extensa, podemos destacar: Imagen, Limbo, Manual de Espumas, Fábulas de Equis y Zeda, Poemas adrede, Biografía incompleta, Biografía continuada, Versos divinos, El romancero de la novia...

GUITARRA:
Habrá un silencio verde
todo hecho de guitarras destrenzadas
La guitarra es un pozo
con viento en vez de agua.

EL CIPRÉS DE SILOS
Enhiesto surtidor de sombra y sueño,
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza,
devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
amado ciprés en el fervor de Silos.

Uno de los foristas de La Nación, dijo esto sobre el mensaje que yo había escrito de Miguel de Unamuno: "Miguel de Unamuno. Ramón del Valle Inclán, Juan Ramón Jiménez, (las mejores poesías españolas de esas épocas) Antonio Machado, Azorín (José Martínez Ruiz), Pío Baroja, Ramón Gómez de La Serna, Manuel Machado, y otros. Todos de la trágica generación del 98."
Mi respuesta:
Veamos, no nos líemos, por Dios bendito. De su lista, los únicos que son indiscutiblemente de la generación del 98 son Azorín y Baroja. Aunque a Unamuno se le considere de tal generación, él no lo soportaba, él odiaba estar encasillado en ningún grupo. De todas formas, podríamos considerarlo como de tal generación a efectos didácticos. En cuanto a Antonio Machado y a Valle-Inclán tienen obras que lo podrían encasillar dentro de la Generación del 98 (mucho más, sin duda, a Antonio Machado que a Valle), pero también podrían considerse como Modernista. Otros autores que se suelen meter en el saco del noventaiochentismo son Ganivet y Maeztú. Pero lo más importante es que no todos estuvieron de acuerdo con este nombre acuñado por Azorín, algunos ni se consideraban dentro de este grupo, iban por libres. El mismo Baroja, sin ir más lejos o Unamuno que ya hemos visto (Baroja tiene un artículo bastante interesante sobre el tema, que ahora no tengo a mano). Ahora, ¿Trágica la generación o la época o algunos escritores en particular? Porque Baroja no es nada trágico, tiene sus inquietudes espirituales, pero de trágico nada. Es un hombre sencillo, sin las complicaciones espirituales de un Unamuno.
En cuanto a Valle-Inclán, él era bastante bohemio, y le gustaba estar más entre los jóvenes modernistas que entre los complicados noventaiochentistas, que además ni cohesión tenían entre ellos (unos eran bastante izquierdosos y otros de derechas (Ganivet, sin proponerselo él se convirtió en uno de los ideólogos de la derecha facista española, para qué hablar de Costa, y algunos, como Unamuno, estuvieron bailando entre dos aguas).
Modernistas son: Valle-Inclán y Antonio Machado (ambos con obras noventaiochentistas también), Gómez de la Serna (que también hay quien lo considera más pegado a la Generación del 27, por su edad, nunca dentro de la G98, en esa época el tenía solo 10 añitos), Juan Ramón Jimenez (también 'maestro' para los del 27), Manuel Machado (este sin discusión alguna), Villaespesa, Rueda, Pérez de Ayala, Benavente, Reina y Gil. Los modernistas se diferencian bastante en su estilo de la Generación del 98. Están muy influenciados por el modernismo hispanoamericano, y sobre todo por Rubén Darío. Buscan la Belleza pura (lea a Juan Ramón, cuando dice aquello de la encontré vestida con muchos ropajes y la fui despojando de ellos, o algo así, que ahora hablo de memoria y no lo recuedo del todo, pero se refiere a la poesía), buscan la renovación formal. Se sienten continuadores del romanticismo y obvian la G98. No toleran que se les compare con la generación posterior.
Y, para esto sirve saber algo de literatura, para no confundir a Gómez de la Serna con la G98, para no creer que Unamuno y Juan Ramón escriben igual, solo con que leamos un poema de cada uno de ellos, veremos que las diferencias son harto notables.


Unamuno y la oración del ateo

"Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes

a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi ama endulzóme noches tristes.

¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande

para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras."

Poeta, dramaturgo, novelista, filósofo y ensayista español. Unamuno es el mejor prototipo del pensamiento filosófico-moral que alienta y patrocina el trabajo crítico de los escritores de la Generación del 98, aunque a él jamás le gustó el título de guía de la generación.
Nació en Bilbao y murió en Salamanca. En la Universidad de Madrid, se doctoró en Filosofía y Letras. Se sometió a oposiciones y obtuvo, en 1891, la Cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca, fue, además, rector de dicha institución.
Escritor y profesor, colaboró en gran revistas y periódicos de su tiempo. Fue conferenciante, bastante polémico, por otra parte.
Como poeta, fue genial. Algunos lo consideran como uno de los mejores poetas líricos españoles de su siglo. Fue hondo y fecundo, pero siempre "unamuniano", es decir, muy suyo, inconfundible. En su poesía, Unamuno se deleita, se confiesa, se abre, nos muestra su amor familiar y religioso sinceros, su profunda angustia ante el ser, ante Dios, ante la muerte y ante la inmortalidad de alma. Es un debatir y debatirse continuo consigo mismo. Nos hace partícipes de sus propias dudas y angustias espirituales, como también de sus "ternuras" humanas.
Entre sus obras podemos destacar: En ensayo y prosa narrativa, En torno al casticismo, Paz en la guerra, Vida de Don Quijote y Sancho, Del Sentimiento Trágico de la Vida, Niebla, Abel Sánchez, La Agonía del Cristianismo, La tía Tula, San Manuel Bueno, mártir. En poesía, además de muchas sueltas, sobresalen Los Salmos y El Cristo de Velázquez. En teatro: Raquel encadenada, Medea, El hermano Juan.

'Ninguna cosa más admirable que el hombre'

Los textos cuando se traducen pierden su encanto, traductor traditor decían los romanos. Pero a veces es mejor poner la traducción que el texto en el original, sobre todo si queremos que se entienda bien. Puede ser que se pierda la musicalidad del idioma de origen, pero se gana en entendimiento, lo que sí es importante a mi entender, es encontrar un buen traductor, no todas las traducciones son buenas, pero tampoco son todas malas.
El siguiente texto pertenece a uno de los coros de la Antígona de Sófocles, en este caso el traidor (perdón el traductor) es José Alemany:

"Muchas cosas hay admirables, pero ninguna es más admirable que el hombre. Él es quien al otro lado del espumante mar se traslada llevado del impetuoso viento a través de las olas que braman en derredor; y a la más excelsa de las diosas, a la Tierra, incorruptible e incansable, esquilma con el arado, que dando vueltas sobre ella año tras año, la revuelve con ayuda de la raza caballar. Y de la raza ligera de las aves, tendiendo redes, se apodera; y también de las bestias salvajes y de los peces del mar, con cuerdas tejidas en malla, la habilidad del hombre. Domeña con su ingenio a la fiera salvaje que en el monte vive; y al crinado caballo y al indómito toro montaraz, les hace amar el yugo al que sujetan su cerviz. Y en el arte de la palabra, y en el pensamiento sutil como el viento, y en las asambleas que dan leyes a la ciudad se amaestró; y también en evitar las molestias de la lluvia, de la intemperie y del inhabitable invierno. Teniendo recursos para todo, no queda sin ellos ante lo que ha de venir. Solamente contra la muerte no encuentra remedio; pero sabe precaverse de las molestas enfermedades, procurando evitarlas. Y poseyendo la industriosa habilidad del arte más de lo que podía esperarse, procede unas veces bien o se arrastra hacia el mal, conculcando las leyes de la patria y el sagrado juramento de los dioses. Quien, ocupando un elevado cargo en la ciudad, se habitúa al mal por osadía, es indigno de vivir en ella: que nunca sea mi huésped, y menos amigo mío, el que tales cosas haga (...)"

Sobre el Código da Vinci

Tengo que reconocer, ante todo, que no he leído el Código da Vinci. Un poco por cierto temor a ciertas novelas que tratan ciertos temas y otro poco porque me he obstinado en seguir con Dostoievski, salga el éxito editorial que salga, es como una apuesta sobre seguro.
He recibido comentarios de lo más diverso de quienes lo han leído, desde el que después fue corriendo a comprar la segunda novela del autor y ha pensado comprar la guía de lectura y releerlo de nuevo con ella en la mano, hasta el que no pudo ni acabar esta novela y la dejó en el último anaquel de la biblioteca. Es lo que siempre pasa con estos bestseller (o como quiera Dios que se escriba eso), fascinan a unos y adormecen a otros.
Y también he visto, POR DOS VECES (que los de la tele son así de reiterativos y yo así de tranquila, que ni me molesto en apretar el botoncito del mando a distancia), un documental que pretende esclarecernos el libro en cuestión, pero que, sin duda alguna, se convierte en una excelente publicidad del Código. Tanta énfasis puso en el asunto el director del publireportaje (porque no es otra cosa) que hasta me creí que todo eso lo había inventado el autor. Decepción: luego me enteré que nihil novum sub sole; y que todo lo que ha hecho este escritor ha sido reescribir viejas leyendas y ciertos evangelios apócrifos. Así que he pensado y repensado y he decidido leer los apócrifos en lugar del Código, porque el tema me interesa (más que nada por chusmear un poco), pero sigo siendo bastante clasicista y no me gusta que las grandes editoriales dirijan mis gustos literarios, no lo puedo evitar.
Sobre los evangelios apócrifos: club.telepolis.com/agaigcu/evangeliosapocrifos.htm; www.monografias.com/trabajos6/evap/evap.shtml; usuarios.iponet.es/casinada/01borges.htm (sólo por indicar algunos sitios)