En esta oda aparece una de las idea éticas horacianas: la 'aurea mediocritas', el dorado término medio de Aristóteles, donde se encuentra la felicidad y la virtud. Exhorta a Licinio Murena a que esté preparado para los cambios de la Fortuna. Este Licinio Murena, hombre ambicioso, y emparentado con Mecenas, participó en una conspiración contra Augusto, que le iba a costar la vida.
"Vivirás mejor, Licinio, no corriendo siempre hacia alta mar
ni acercándote demasiado a las costa peligrosa
cuando, precavido, temes las borrascas.
El que prefiere un feliz término medio
ni, prudente, tiene la sordidez de un techo miserable
ni, más austero, posee una mansión envidiable.
Con más frecuencia es zarandeado por los vientos
el enorme pino,
y las elevadas torres caen con más terrible caída
y hieren los rayos los montes más elevados.
Tiene esperanza en las adversidades
y teme en la prosperidad un cambio de Fortuna
el espíritu bien preparado.
Júpiter hace volver el riguroso invierno
y él mismo lo destierra.
Si las cosas no van bien ahora, no siempre serán así;
Apolo despierta, de vez en cuando, con su citara
su Musa silenciosa
y no siempre tiene tenso su arco.
En las situaciones difíciles
muéstrate animoso y fuerte;
de igual manera, con prudencia,
arriarás las hinchadas velas ante un viento
demasiado favorable."
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