28 de enero de 2005

Luis García Montero

Luis García Montero está considerado como uno de los principales representantes de la actual poesía española. En su biografía dice que nació el año 1958, que está licenciado en Filología Hispánica, que hizo su doctorado sobre Alberti, que es profesor titular de la Universidad de Granada, que ha recibido algunos premios literarios, que ha escrito «Y ahora ya eres dueño del puente de Brooklyn» y «Tristia» en 1980, «El jardín extranjero» en 1983, «Rimado de ciudad» en 1985, luego publicó «Diario cómplice» en 1987, «Las flores del frío» en 1991, «Habitaciones separadas» en 1994, «Casi cien poemas» en 1997 y «Completamente viernes en 1998». Si el biógrafo tiene tendencia a la prensa rosa, dirá que estudió en los Escolapios y que está casado con la escritora Almudena Grandes. Sobre su estilo, que escribe poemas de amor y de desamor, que convierte la cotidianidad prosaica en poesía, que sus poemas son narrativos.
Personalmente me gusta su poesía porque se entiende, está cercana, porque, a veces, cuando he subido en un colectivo he sentido lo mismo que él describe en uno de sus poemas; porque he soñado también alguna vez que me cruzaba con la muerte; o porque he encontrado que todos los teléfonos de Granada estaban rotos cuando yo quería llamar.
PRIMER DÍA DE VACACIONES

Nadaba yo en el mar y era muy tarde,
justo en ese momento
en que las luces flotan como brasas
de una hoguera rendida
y en el agua se queman las preguntas,
los silencios extraños.

Había decidido nadar hasta la boya
roja, la que se esconde como el sol
al otro lado de las barcas.

Muy lejos de la orilla,
solitario y perdido en el crepúsculo,
me adentraba en el mar
sintiendo la inquietud que me conmueve
al adentrarme en un poema
o en una noche larga de amor desconocido.

Y de pronto la vi sobre las aguas.

Una mujer mayor,
de cansada belleza
y el pelo blanco recogido,
se me acercó nadando
con brazadas serenas.
Parecía venir del horizonte.

Al cruzarse conmigo,
se detuvo un momento y me miró a los ojos:
no he venido a buscarte,
no eres tú todavía.

Me despertó el tumulto del mercado
y el ruido de una moto
que cruzaba la calle con desesperación.
Era media mañana,
el cielo estaba limpio y parecía
una bandera viva
en el mástil de agosto.
Bajé a desayunar a la terraza
del paseo marítimo
y contemplé el bullicio de la gente,
el mar como una balsa,
los cuerpos bajo el sol.
En el periódico
el nombre del ahogado no era el mío.

YO SÉ QUE EL TIERNO AMOR ESCOGE SUS CIUDADES

Yo sé
que el tierno amor escoge sus ciudades
y cada pasión toma un domicilio,
un modo diferente de andar por los pasillos
o de apagar las luces.

Y sé
que hay un portal dormido en cada labio,
un ascensor sin números,
una escalera llena de pequeños paréntesis.

Sé que cada ilusión
tiene formas distintas
de inventar corazones o pronunciar los nombres
al coger el teléfono.
Sé que cada esperanza
busca siempre un camino
para tapar su sombra desnuda con las sábanas
cuando va a despertarse.

Y sé
que hay una fecha, un día, detrás de cada calle,
un rencor deseable,
un arrepentimiento, a medias, en el cuerpo.

Yo sé
que el amor tiene letras diferentes
para escribir: me voy, para decir:
regreso de improviso. Cada tiempo de dudas
necesita un paisaje.


Los acrósticos de la Celestina

Advertencias: lo que parecen faltas de ortografías no lo son, es la grafía que existía en ese momento; para leer los versos acrósticos se ha de tener en cuenta que en castellano antiguo se sigue la grafía latina, por la que J/j = i y V/v = u; son versos acrósticos aquellos que leyendo la primera letra de cada uno de los versos hacia abajo nos envían un mensaje, una especie de mensaje cifrado, otro juego literario. Al final, os daré el resultado, por los despistados.

El autor, escusándose de su yerro en esta obra que escrivió, contra sí arguye y compara
1.
El silencio escuda y suele encobrir
la[s] falta[s] de ingenio y torpeza de lenguas;
blasón que es contrario, publica sus menguas
a[l] quien mucho habla sin mucho sentir.
Como [la] hormiga que dexa de yr
holgando por tierra con la provisión,
jactóse con alas de su perdición;
lleváronla en alto, no sabe dónde yr.
Prosigue
2.
El ayre gozando ageno y estraño,
rapina es ya hecha de aves que buelan;
fuerte más que ella, por cevo la llevan;
en las nuevas alas estava su daño.
Razón es que aplique a mi pluma este engaño,
no despreciando a los que me arguyen,
assí que a mí mismo mis alas destruyen,
nublosas y flacas, nascidas de ogaño.
Prosigue
3.
Donde ésta gozar pensaba volando,
o yo de screvir cobrar más honor,
del[o] uno [y] del otro nasció disfavor;
ella es comida y a mí están cortando
reproches, revistas y tachas. Callando
obstara y los daños de invidia y murmuros;
insisto remando, y los puertos seguros
atrás quedan todos ya quanto más ando.
Prosigue
4.
Si bien queréys ver mi limpio motivo,
a quál se endereça de aquestos estremos,
con qual participa, quién rige sus remos,
Apolo, Diana o Cupido altivo,
buscad bien el fin de aquesto que escrivo,
o del principio leed su argumento;
leeldo [y] veréys que, aunque dulce cuento,
amantes, que os muestra salir de cativo.
Comparación
5.
Como el doliente que píldora amarga
o la rescela o no puede tragar,
métenla dentro del dulce manjar,
engáñase el gusto, la salud se alarga,
desta manera mi pluma se embarga,
imponiendo dichos lascivos, rientes,
atrae los oídos de penadas gentes,
de grado escarmientan y arrojan su carga.
Buelve a su propósito
6.
Estando cercado de dubdas y antojos,
compuse tal fin que principio desata;
acordé [de] dorar con oro de lata
lo más fino tíbar que vi con mis ojos,
y encima de rosas sembrar mill abrojos.
Suplico, pues suplan discretos mi falta;
teman grosseros y en obra tan alta,
o vean y callen o no den enojos.
Prosigue dando razones por qué se movió a acabar esta obra
7.
Yo vi en Salamanca la obra presente;
movíme [a] acabarla por estas razones;
es la primera, que estó en vacaciones,
la otra, inventarla persona prudente,
y es la final ver la más gente
buelta y mesclada en vicios de amor;
estos amantes les pornán temor
a fiar de alcahueta ni falso sirviente.
8.
Y así que esta obra en e1 proceder
fue tanto breve, quanto muy sutil;
vi que portava sentencias dos mill;
en forro de gracias, lavor de plazer.
No hizo Dédalo cierto a mi ver
alguna más prima entretalladura,
si fin diera en esta su propia escriptura
Cota o Mena con su gran Saber.
9.
Jamás [yo] no vide en lengua romana,
después que me acuerdo, ni nadie la vido,
obra de estilo tan alto y sobido
en tusca ni griega ni en castellana.
No trae sentencia de donde no mana
loable a su autor y eterna memoria,
al qual Jesuchristo reciba en su gloria
por su passión sancta que a todos nos sana.
Amonesta a los que aman que sirvan a Dios y dexen las malas cogitaciones y vicios de amor
10.
Vosotros, los que amáys, tomad este enxemplo,
este fino arnés con que os defendáys;
bolved ya las riendas por que n'os perdáys;
load siempre a Dios visitando su templo.
Andad sobre aviso; no seáys dexemplo
de muertos y bivos y proprios culpados;
estando en el mundo yazéys sepultados;
muy gran dolor siento quando esto contemplo.
Fin
11.
sigue)
0 damas, matronas, mancebos, casados,
notad bien la vida que aquéstos hizieron;
tened por espejo su fin qual huvieron,
a otro que amores dad vuestros cuydados.
Limpiad ya los ojos, los ciegos errados,
virtudes sembrando con casto bivir,
a todo correr devéys de huyr,
no os lance Cupido sus tiros dorados.

Resultado: El bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calisto y Melibea y fue nascido en la Puebla de Montalvan
(fijaos que dice 'acabó' y no 'escribió' o 'redactó' o cualquier otro sinónimo, por eso y por la ausencia de la autoría en la primera edición, muchos sospechan que lo que hizo el bachiller fue ponerle la guinda y reeditarlo)

Espronceda: Canción del pirata
Otro recuerdo de la infancia. Cuando me enseñaron a recitar este poema, la mitad de las cosas ni las entendía, ¿qué era eso de mi dios la libertad? la monja que me daba literatura decía que esa frase no tenía importancia (creo que si aquella monjita beatona hubiera podido habría hecho un hueco en el poema), y sin embargo para mí es uno de los fundamentos de la canción: el pirata busca la libertad y esa libertad es lo que hace de él un personaje interesante. Por lo demás no creo que tenga desperdicio ninguno de los versos.

"Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar riela
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Istambul:

Navega, velero mío
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Allá; muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí; tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pechos mi valor.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

A la voz de "¡barco viene!"
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna antena,
quizá; en su propio navío
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar."

Burla de la vida: Quevedo

Para sonreír y pensar, que para todo da Quevedo:

La vida empieza entre lágrimas y caca,
luego viene la mu, con mama y coco,
síguense las viruelas, baba y moco,
y luego llega el trompo y la matraca.

En creciendo, la amiga y la sonsaca;
en ella embiste el apetito loco;
en subiendo a mancebo, todo es poco,
y después la intención peca en bellaca.

Llega a ser hombre, y todo lo trabuca;
soltero sigue toda perendeca;
casado se convierte en mala cuca.

Viejo encanece, arrúgase y se seca;
llega la muerte, y todo lo bazuca,
y lo que deja paga, y lo que peca.


Dos citas sobre El Quijote, una de Savater, otra de Kafka:

Savater:
"Y así ganamos otro don Quijote, el Caballero del Gran Desengaño, el Principe Incorruptible de los Caídos, al que invocaba el decepcionado Simón Bolivar de los últimos años diciendo: "En este mundo, los tres imbéciles más grandes hemos sido Jesucristo, Don Quijote y yo". No tan imbéciles, sin embargo, si al final logra descubrirse que la simple flaqueza ante la fuerza bruta (ante el desagradecimiento, el engaño, la corrupción...) no es bien que defraude la verdad por la que nos hemos esforzado. En cuanto héroe nacional, en cuanto adalid político, en cuanto absurdo prototipo de un españolismo de la inquisición y tentetieso, Don Quijote es una equivocación o un fraude; pero en caunto ángel traicionado por sí mismo y expulsado del paraíso de sus sueños, debe ser nuestro amigo, quizá nuestro cómplice. Es muy cierto lo que sobre él afirma Vladimir Nabokov para concluir su estudio varias veces citado: "Don Quijote es más grande hoy de lo que era en el vientre de Cervantes. Ha cabalgado durante más de trescientos cincuenta años a través de las junglas y tundras del pensamiento humano y ganado en vitalidad y estatura. Ya no nos reímos de él. Su blasón es la piedad, su pendón es la belleza. Permanece en todo lo que es amable, lejano, puro, desprendido y elegante. La paradia se ha hecho parangón" (Fernando Savater, Instrucciones para olvidar el Quijote, ed. Taurus, Madrid, 1995)

Kafka:
"Con el correr del tiempo, Sancho Panza, que por otra parte, jamás se venaglorió de ello, consiguió mediante la composición de una gran cantidad de cuentos de caballeros andantes y de bandoleros, escritos durante los atardeceres y las noches, separar a tal punto de sí a su demonio, a quien luego llamó don Quijote, que éste se lanzó inconteniblemente a las más locas aventuras; sin embargo, y por falta de un objeto preestablecido, que justamente hubiera debido ser Sancho Panza, hombre libre, siguió de manera imperturbable, tal vez en razón de un cierto sentido del compromiso, a don Quijote en sus andanzas, y obtuvo con ello un grande y útil solaz hasta su muerte" (Franz Kafka, Obras Completas, tomo IV, ed. Edicomunicación. Barcelona, 1988)

Joseph Brodwky


Pueblos de piedra

Pueblos de Inglaterra levantados piedra sobre piedra.
Catedral embotellada en el cristal de un bar.
Vacas dispersas a campo traviesa.
Monumentos a los reyes.

Un hombre en su traje apolillado despide un tren en marcha.
Va hacia el mar como todo por aquí.
Sonríe a su hija camino al Este.
Soplan en un silbato.

Y el cielo sin fin sobre las tejas
más azules con el canto de los pájaros.
Y más claro el canto,
Más pequeño el pájaro.

Joseph Brodwky nació, en una familia judia, en Leningrado (San Petersburgo). Formó parte del grupo de poetas jovenes congregados en torno a la poeta Anna Akhmatova.
Estudió de forma reglada hasta los quince años, a partir de esa edad toda su educación la recibió de forma autodidacta, aprendió idioma (inglés, polaco) y empezó a escribir poesías. Todo ello alternandolo con su trabajo en las morgues y en las máquinas de los barcos.
En 1972 fue exiliado, después de pasar 18 meses de trabajos forzados en el norte de Rusia, el motivo: expresar su opinión.
La novela de Dostoievsky La casa de los muertos fue definitiva en su vida. Declaró: "Hubiera podido ser un ciudadano soviético común y corriente de no haber leído ese libro".
Se refugia en América, donde lleva una vida fuera de todo lujo. Su amigo Seamus Heaney diría: "Vivía frugal y laboriosamente. En soledad".
Murió en 1996.
Ah, se me olvidaba, recibió el premio nobel de literatura en 1987.
Sus obras:

- Poesía: Entre otras obras:
Elegía para John Donne y otros poemas (1967)
Parte del lenguaje (1980)
A Urania (1988)
Selección de poemas (1992)

Prosa:
Menos de uno (1986)
Desesperación y razón (1995)
Marca de agua (1992) Sobre Venecia.

Teatro:
Mármoles (1989)


Wole Solyinka

Muerte a la aurora

Viajero, debes partir
A la aurora, enjuga tus pies sobre
La humedad de nariz perruna de la tierra
Deja que la aurora sosiegue tus lámparas. Y mira
Languidecer el ataque de las espinas ante la luz
Pies algodonosos para disolver en el azadón
Las lombrices tempranas
Ahora las sombras se extienden con debilidad
Ni muerte de la aurora ni triste postración
Esta suave charamusca, suaves engendros que desisten
Rápidos goces y recelos para un
Día desnudo. Barcos cargados se
Someten a la asamblea sin rostro de la niebla
Para despertar los mercados silenciosos -Veloces, mudas
Procesiones por grises desvíos... Sobre este
Cobertor, hubo
Súbito invierno a la muerte
Del solitario trompetero de la aurora. Cascadas
De blancos pedazos de pluma... pero ello decidió
Un rito banal. Conciliación salvajemente
Exitosa, primero
El pie derecho para el júbilo, el izquierdo para el pavor
Y la madre suplicaba, Hijo
Jamás camines
Cuando el camino aguarda, hambriento.
Viajero, debes proseguir
Al alba.
Te prometo prodigios de la santa hora
Presagios como el aleteo del gallo blanco
Perverso empalamiento -Como quien desafiara
Las iracundas alas del progreso del hombre...
Más, ¡semejante espectro! Hermano
Mudo en el sobresaltado abrazo de
Tu invención -Esta mueca de burla
Esta contorsión cerrada - ¿Soy yo?

Wole Soyinka

Seudónimo de Akinwande Oluwole Soyinka, dramaturgo, poeta, novelista, conferencista, crítico, catedrático, actor, traductor, político y editor nigeriano.

Nació en Abeokuta, Nigeria, el 13 de julio de 1934. Asistió a la Universidad de Ibadan (1952-54), y luego tomó su doctorado en la Universidad de Leeds, en el Reino Unido. Durante su estadía en Inglaterra, fue libretista, actor y director en el Teatro de la Corte Real en Londres. En 1960, Soyinka regresó a Nigeria y fundó la compañía de teatro Masks, con la cual presentaría su primera obra dramática mayor “A Dance of the Forests”. En 1964 fundó la “Compañía de Teatro Orisun”.

Durante la guerra civil en Nigeria, Soyinka abogó en sus escritos por el alto al fuego pero fue arrestado en 1967, acusado de conspiración con los rebeldes de Biafra, y fue encarcelado en régimen de aislamiento como preso político hasta 1969.

La obra de Soyinka mezcla lo africano con tradiciones culturales europeas, la seriedad de la literatura modernista de la élite, y la actualidad del teatro popular africano; se inspira en los mitos y en las tradiciones tribales, si bien emplea formas occidentales. Soyinka está comprometido vivamente con la justicia social, convirtiéndose en un simbolismo de realce a los valores humanos en el continente.

Él tiene sus raíces en los mitos de la gente de su tribu, los Yoruba, en sus ritos y modelos culturales.

Con la educación en su país y en Europa se familiarizó profundamente con la cultura occidental. Mientras que algunos críticos africanos han acusado a Soyinka de acogerse más a las tradiciones europeas que a las nigerianas, él ha sostenido que "el tigre no tiene que hacer alarde de su tigritude" haciendo referencia al movimiento de Negritud de Paul Brians.

En Madmen and Specialists (Locos y especialistas) (1970), escrita poco después de su liberación de la prisión, la protesta de Soyinka se hace mucho más poderosa.

En 1986 se convirtió en el primer escritor africano y en el primer escritor negro en haber recibido el Premio Nóbel de Literatura. En 1994 huye de Nigeria.

Ha publicado dramas, novelas, poesías, todo ello escrito en inglés. También ha escrito ensayos acerca del mundo africano, la tragedia de Yoruba, los aspectos políticos del lenguaje, las piezas de de Shakespeare, el totalitarismo y las formas de espiritualidad.

Sus libros de poesía son: Idanre y otros poemas (1967); Poemas desde la prisión (1969); A Shuttle in the Crypt (1972)y Ogun Abibiman (The long poem) (1976).

www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/LiteraturaAfricana/WoleSoyinka/index.asp

Fragmento de 'La venganza de don Mendo'

Pedro Muñoz Seca

Jornada primera, don Nuño comunica a su hija, Magdalena, que ha concertado su matrimonio y le hace notar que constituye un excelente “partido” . Por supuesto don Nuño no planea casarla con el que es el amante de su hija (don Mendo).
"...
Nuño: Modestia aparte.
Sabes latín, un poco de cocina,
e igual puedes dorar una lubina
que discutir de ciencias y aun de arte.
Tu dote es colosal, cual mi fortuna,
y es tan alta tu cuna,
es nuestra estirpe de tan alta rama,
que esto grabé en mi torre de Porcuna:
“La cuna de los Manso de Jarama,
a fuerza de ser alta cual ninguna,
más que cuna, dijérase que es cama”



Rafael Perez Estrada

Rafael Pérez Estrada, uno de los poetas más originales e imaginativos del siglo XX, nació en Málaga en 1934 y acaba de fallecer en su ciudad natal el 22 de mayo de 2000, víctima de una larga enfermedad. Estudió derecho en la Universidad de Granada. Ejerció la abogacía con éxito en su ciudad natal, lugar de donde jamás quiso alejarse. Entre sus publicaciones: La bañera (1982) Libro de las Horas (1985), Conspiraciones y Conjuras (1986), Libro de los Espejos y las Sombras (1988), Bestiario de Livermoore (1989), Libro de los Reyes (1990), Tratado de las Nubes (1990), Los Oficios del Sueño (1991), La Noche nos persigue (1992), La Sombra del Obelisco (1993) El Domador (1995), Ulises o libro de las distancias( 1997), El viento vertical (1998), El ladrón de atardeceres (1998) o Cosmología esencial (2000), su última entrega prologada por José Angel Cilleruelo, acaso su mejor estudioso. Pérez Estrada profundiza a lo largo de su coherente obra en un sistema que dio en llamar la pasión de lo breve. Sus textos han sido traducidos al inglés, francés, italiano, sueco y rumano, entre otros idiomas y ha sido distinguido días antes de su fallecimiento como Hijo Adoptivo de su ciudad natal. La rebeldía que siempre exhibió frente a las modas de la poesía española le regatearon quizás alguna distinción adicional. Fallece justo cuando su nombre y su trayectoria comienzan a destellar con luz propia entre la crítica y los lectores hispanos.

fragmento de una entrevista que le hicieron en 1996:
- Luego del desvalijamiento de las vanguardias, los géneros literarios han vuelto a sus orillas y formatos iniciales. Sin embargo, Rafael, en tu obra es cuando menos difícil establecer sólidas e inveteradas fronteras. ¿Cómo llevas este frecuentar tierras de nadie? ¿Cómo lo llevan tus críticos?

Rafael Pérez Estrada: Negar las vanguardias es rechazar el dinamismo inherente al arte. En la actualidad estamos siendo testigos de una reacción muy dura desde las filas del integrismo español. Molestan las vanguardias, como molesta todo pensamiento nacido del trampolín de la imaginación. Molesta el salto vital, están demasiado hechos al salto de la muerte. Sí, el conservadurismo literario español ha vuelto a cerrar filas. Ahora su energía parece proveerse, no del sueño casposo del Imperio. Se han perfeccionado en el añorar, y ahora miran con nostalgia las cruzadas. Por el momento se ha anunciado la nueva matanza de los Santos Inocentes. Sus víctimas, las metáforas y las imágenes. Estamos ante un movimiento insólito, el pastichismo. Su rasgo principal, la versificación sin contenido; su materia, la insignificancia; su filosofía, la represión de lo original, de lo distinto. Los poetas aman la Libertad; los versificadores la fachada del vacío.
El género es una clasificación y también una frontera. Personalmente intento huir de las formas canónicas. Busco el contenido más que el continente; la idea más que la musicalidad. Me gusta utilizar las formas al uso en función de las necesidades comunicativas que el propio texto vaya exigiendo. Es una lección que le debo a algunos americanos, especialmente a John Dos Passos.
Hacer la crítica a la Crítica sería asumir un papel borgiano de imprevisible resultado.

La pasión de lo breve (selección)

A qué escribir para la inmortalidad — me dijo el poeta contable, que era sumamente práctico — si la mortalidad está más cerca.
*****
La serenidad de un símbolo hace de un comerciante de Nueva Jersey un decidido místico, y todo por haber contemplado, en un amanecer de rascacielos, el vuelo de una paloma cuyo pecho impoluto estaba manchado de rouge.
*****
Desesperado, después de jugarse la hacienda y la fortuna, se jugó la suerte.
*****
Dijo el forense ante la desnudez desamparada del narrador muerto: Se asfixió con una palabra sin sentido.
*****
Con la frialdad del cirujano clavó el puñal de la crítica en la indefensa ternura del poema.
*****
Hizo de la poesía un a mística y una pasión. Se sentía tan uno en la palabra que, como un mártir secreto de la sangre, estaba dispuesto a defender con la vida la pulcritud de sus endecasílabos. A él se debe la idea de una Cruzada Poética, una lucha santa contra la prosa. Un despropósito similar a la cruzada de los niños.
*****
El escritor que deja en el éter sus pensamientos, quizá cometa el pecado de Onán.
*****
Conocí en el Círculo de Bellas Artes a una mujer: Era la mensajera del soneto, y nada más verme, como si estuviera a punto de asaltar la Bastilla, me gritó terrible: ¡Abajo la libertad poética."
*****
¿Para quién se viste la mujer del ciego?, preguntó el filósofo, buscando un pretexto para un discurso imposible: Para la noche y el tacto, respondió el ciego, que era un necio insoportable.
*****
Lo vi tan feliz y seguro que no pude contenerme: ¡Usted no está en condiciones de escribir poesía!, le advertí didáctico.
*****
Pienso, luego existo;
y me respondió el objetual:
Los objetos existen,
luego piensan.
Y para redundar en lo dicho
empujé al suelo el jarrón utilizado
de pretexto hasta entonces:
Y sufren — añadí —
en silencio.
*****
Odiaba el número 17 por ser descortés y cortante, y guardaba todos los mimos para el 18. Es blando y mullido, comentaba en momentos de extrema intimidad.
**********

Pérez Estrada (1934-2000) fue un gran conocedor de los ángeles de los que, entre otras cosas, dijo:

• Los ángeles mudan las plumas en otoño.
• Los ángeles en el baloncesto hacen trampa y encestan al vuelo.
• Vive el ángel de la melancolía bajo un sauce llorón.
• El ángel del trapecista padece de vértigo.
• El arcángel es un ángel ascendido por méritos de paz.
• En agosto los ángeles habitan en el borde de los trampolines.
• En las playas los ángeles usan bañador para no descubrir su sexo y no incurrir en la antigua cuestión teológica.
• En las piscinas reclaman los ángeles la propiedad del "salto del ángel".
• El ángel de la guarda circense tiene una póliza de seguros de riesgo ilimitado.
• Cree el ángel en su inocencia que hay hombres de la guarda.
• El helicóptero es un propósito angelical del siglo XX.
• La cometa es el equivalente en papel de seda del ángel.
• Tras la lluvia el ángel se hace una bufanda con el arco iris.
• Los niños a la salida del colegio se intercambian los ángeles repetidos.
• Aunque el ángel se vista de seda, ángel se queda...

Antología, 1968-1988 / Rafael Pérez de Estrada ; estudio y edición de Antonio M. Garrido Moraga. - Málaga : Ayuntamiento, D.L. 1989. - 515 p. - (Colección "Ciudad del paraíso")





canciones sobre la mar

Pongo 'la mar' y no 'el mar', como la gente que nacimos cerca, un asunto puramente psicológico.
Una canción de hace ya algunos años, de José Luis Perales (no quito el nanana, porque me parece que así hasta se puede tararear):

Un velero llamado Libertad

Ayer se fue, tomó sus cosas y se puso a navegar
una camisa, un pantalón vaquero y una canción
¿Dónde ira? ¿dónde ira?
Se despidió y decidió batirse en duelo con el mar
y recorrer el mundo en su velero y navegar,
na na na, navegar.
Y se marchó y a su barco le llamo Libertad
y en cielo descubrió gaviotas y pintó estelas en el mar.
Y se marchó y a su barco le llamo Libertad
y en cielo descubrió gaviotas y pintó estelas en el mar.
Su corazón es con la forma diferente de vivir
pero las olas le gritaron: vete, con los demás,
na na na, con los demás.
Y se durmió y la noche le gritó: ¿dónde vas?
y en sus sueños dibujó gaviotas y pensó hoy debo regresar
Y regresó y una voz le preguntó: ¿como estas?
Y al mirarla descubrió unos ojos, na na na
azules como el mar.
Y regresó y una voz le preguntó: ¿como estas?
Y al mirarla descubrió unos ojos, na na na
azules como el mar.
Y regresó y una voz le preguntó: ¿como estas?
Y al mirarla descubrió unos ojos, na na na
azules como el mar.

Y una canción más moderna, de uno de mis grupos favoritos, El último de la fila:
Mar antiguo

Dejé la estepa
cansado y aturdido,
pasto de la ansiedad
no hay otros mundos
pero si hay otros ojos,
aguas tranquilas,
en las que fondear.
Mar antiguo, madre salvaje,
de abrigo incierto
que acuna el olivar.
Muge mi alma, confusa y triste,
ojos azules en los que naufragar.
Te he echado tanto de menos
patria pequeña y fugaz,
que al llegar cruel del norte el huracán
no se apague en tu puerto el hogar.
Mar antiguo, madre salvaje,
en tus orillas de rodillas rezaré.
Tierra absurda que me hizo absurdo,
nostalgia de un futuro azul en el que anclar.
Triste y cansado,
con los viejos amigos,
el vino y el cantar,
mientras quede un olivo en el olivar
y una vela latina en el mar.
Viejos dioses
olvidados
mantenednos
libres de todo mal.
Mar antiguo,
dios salvaje
de la encina
y del gris olivar.



El principito: sobre las puestas del sol

Antoine de Saint-Exupery (Francia, 1900-1944)

" Ah, principito, cómo he ido comprendiendo lentamente tu vida melancólica! Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol. Este nuevo detalle lo supe al cuarto día, cuando me dijiste:
-Me gustan mucho las puestas de sol; vamos a ver una puesta de sol
-Tendremos que esperar
-¿Esperar qué?
-Que el sol se ponga.
Pareciste muy sorprendido primero, y después te reíste de ti mismo. Y me dijiste:
-Siempre me creo que estoy en mi tierra.
En efecto, como todo el mundo sabe, cuando es mediodía en Estados Unidos, en Francia se está poniendo el sol. Sería suficiente poder trasladarse a Francia en un minuto para asistir a la puesta del sol, pero desgraciadamente Francia está demasiado lejos. En cambio, sobre tu pequeño planeta te bastaba arrastrar la silla algunos pasos para presenciar el crepúsculo cada vez que lo deseabas.
-¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces!
Y un poco más tarde añadiste:
-¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol.
-El día que la viste cuarenta y tres veces estabas muy triste ¿verdad?
Y principito no respondió."


"En primer lugar eran tres los géneros de los hombres, no dos, como ahora, masculino y femenino, sino que había también un tercero que participaba de estos dos, cuyo nombre perdura hoy en día, aunque como género ha desaparecido. Era, en efecto, entonces el andrógino (nota de Moira: hombre-mujer) una sola cosa, como forma y como nombre, partícipe de ambos sexos, masculino y femenino, mientras que ahora no es más que nombre sumido en el oprobio. En segundo lugar, la forma de cada individuo era en su totalidad redonda, su espalda y sus costados formaban un círculo; tenía cautro brazos, piernas en número igual al de los brazos, dos rostros sobre un cuello circular, semejantes en todo, y sobre estos dos rostros, que estaban colocados en sentidos opuestos, una sola cabeza; además cuatro orejas, dos órganos sexuales y todo el resto era tal como se puede uno figurar por esta descripción. Caminaba en posición erecta como ahora, hacia adelante o hacia atrás, según deseara; pero siempre que le daban ganas de correr con rapidez hacía como los acróbatas, que dan la vuelta de campana haciendo girar sus pierans hasta caer en posición vertical y, como eran entonces ocho los miembros en que se apoyaba, avanzaba dando vueltas sobre ellos a gran velocidad. (...) Eran, pues, seres terrbiles por su vigor y su fuerza; grande era además la arrogancia que tenían, y atentaron contra los dioses. (...) entonces, Zeus y los demás dioses deliberaron qué debían hacer, y se encontraban en grande aprieto. No les era posible darles muerte y extirpar su linaje, fuminándolos con el rayo como a los gigantes, pues en ese caso los honores y los sacrificios que recibían de los hombres se hubieran acabado, ni tampoco el consentirles su insolencia. Con gran trabajo, al fin Zeus concibió una idea y dijo: " Me parece tener una solución para que pueda haber hombres y para que, por haber perdido fuerza, cesen su desenfreno. Ahora mismo voy a cortarlos en dos a cada uno de ellos y así serán a al vez más débiles y más útiles para nosotros por haberse multiplicado su número. Caminarán en posición erecta sobre dos piernas; pero si todavía nos parece que se muestran insolentes y que no quieren estar tranquilos, d enuevo los cortaré en dos, de suerte que anden en lo sucesivo sobre una sola pierna, saltando a la pata coja" Tras decir eso, dividió en dos a los hombres, (...) Y a todo aquel que iba cortando, ordenaba a Apolo que le diera la vuelta a su rostro y a la mitad de su cuello en el sentido del corte, para que el hombre, al ver su seccionamiento se hiciera más disciplinado, y además le daba orden de curarlo. Dábales, pues, Apolo la vuelta al rostro, y reuniendo a estirones la piel de todas partes hacia lo que ahora se llama vientre, la ataba como si se tratara de una bolsa, con cordel, haciendo un agujero en medio del vientre, que es precisamente lo que se llama ombligo. En cuanto a las arrugas que quedaban, las alisó en su mayor parte, y dio también forma al pecho con un instrumento semejante al que usan los zpateros cuando alisan sobre la horma del calzado los pliegues de los cueros. Dejó , empero, unas cuantas arrugas, las de alrededor mismo del vientre y del ombligo, para que quedaran como un recuerdo de lo sucedido antaño. Mas una vez que fue separada la naturaleza humana en dos, añorando cada parte a su propia mitad, se reunía con ella. Se rodeaban con sus brazos, se enlazaban entre sí, deseosos de unirse en una sola naturaleza, y morían de hambre y de inanición general, por no querer hacer nada los unos separados de los otros (...)"
(Platón, El banquete, ed. Planeta, 1996, Barcelona)


"Cada uno de nosotros, efectivamente, es una contraseña de hombre, como resultado del corte en dos de un solo ser, y presenta sólo una cara como los lenguados"
Este mito ha tenido lecturas de todo tipo, por supuesto es uno de los mitos clásicos para explicar la homosexualidad (por eso de los seres masculinos o femeninos por completo que al separarse buscan su otra mitad), pero también explica la famosa frase de la 'media naranja' (y no me refiero a la media que nos ponemos en el pie para protegernos del frío). Platón nos explica el por qué buscamos a nuestra 'mitad' (dice Antonio Gala que la buscamos siempre muy cerca, y que a veces, muchas veces, suele estar lejísimos y que puede resultar hasta caro encontrarla: es verdad lo que dice Gala): " Pues la causa de este anhelo es que nuestra primitiva naturaleza era la que se ha dicho y que constituíamos un todo; lo que se llama amor, pro consiguiente, es el deseo y la persecudión de ese todo". Pero además también aprovechan este mito aquellos que defienden la igualdad de hombres y mujeres, pues como dice Platón, estos seres eran simétricos e iguales por ambas partes.
Y por último, cabe señalar que se demuestra en este mito, una vez más, que los mortales somos triste figuras de plastilina en manos de los dioses y que juegan con nosotros como si fueramos los peones del ajedrez...

JUAN GELMAN (Argentina, 1930) y los exilios

BAJO LA LLUVIA AJENA (NOTAS AL PIE DE UNA DERROTA)
(Roma, mayo de 1980)
(Fragmentos)
"XII
Mi padre vino a América con una mano atrás y otra adelante, para tener bien alto el
pantalón. Yo vine a Europa con una alma atrás y otra adelante, para tener bien alto el
pantalón. Hay diferencias, sin embargo: él fue a quedarse, yo vine para volver.
¿Hay diferencias, sin embargo? Entre los dos fuimos, volvimos, y nadie sabe todavía
adónde iremos a parar.
Papá: tu cráneo se pudre en la tierra donde yo nací, en representación de la injusticia
mundial. Por eso hablabas poco. No hacía falta. Y lo demás —comer, dormir, sufrir, hacer
hijos— fueron gestiones necesarias, naturales, como quien llena su libreta de ser vivo.
Nunca te olvidaré, en la oscuridad del comedor, vuelto hacia la claridad de tus
comienzos. Hablabas con tu tierra. En realidad, nunca te sacaste esa tierra de los pies del
alma. Pieses llenos de tierra como silencio enorme, plomo o luz."
"XVII
Amo esta tierra ajena por lo que me da, por lo que no me da.
Porque mi tierra es única. No es la mejor, es única. Y los ajenos la respetan sin querer,
siendo ellos, siendo de otra manera, bellos de otra manera.
En sus bellezas me conmuevo. Nada tengo que ver con su manera de llegar a la belleza.
Esto es hermoso: dándome su belleza, me dan también la ajenidad de la belleza. La
injusticia, el dolor, el sufrimiento, se interponen casi siempre.
Salú, belleza. Somos pedazos del viaje universal, diferentes, contrarios, las mismas olas
nos arrastran.
Iremos a parar a cualquier playa. Vamos a hacer un fueguito contra el frío y el hambre.
Vamos a arder bajo la misma noche.
Vamos a vernos, ver."

K. Kavafis

Kavafis es uno de los principales representantes de la literatura griega del siglo XX, y no sé si decir que de toda la literatura griega moderna. Nació (1863) en Alejandría (Egipto) donde sus padres tenían intereses económicos. Su familia era griega pero procedían de Istambul. Al morir sus padres, la familia sufre un grave revés económico y debe ir a Londrés, donde estudia y entra en contacto con los intelectuales que luego le van a influir, finalmente volverá a Egipto donde trabajará como funcionario.
Hacía una doble vida, por el día un funcionario gris, por la noche un gran conocedor de la vida bohemia alejandrina con sus bares y sus burdeles. En 1901 marcha a Grecia, donde se dedica a escribir hasta 1907. Vuelve a Alejandria y allí permanecerá hasta su muerte en 1933.
Es curioso que muchas de sus obras lleguen al idioma español a través del inglés, pues ha sido el mundo anglosajón (a través de su amigo E. M. Foster) el que mejor ha sabido difundir sus poemas y el primero que se hizo eco de ellos.
M. Yourcenar (la de Memoria de Adriano) hizo estudio sobre sus poemas y dijo: "La poesía griega, por muy intelectualizada que pueda ser su expresión, es siempre directa: grito, suspiro, eyaculación sensual, afirmación espontánea que nace en los labios del hombre en presencia del objeto amado". (espero que no censuren este mensaje por la aparición de la palabra 'eyaculación').
Creo que la poesía griega moderna es una gran desconocida para el mundo en general, cuando se habla de poesía griega siempre nos acordamos de los clásicos, pero nos olvidamos de que luego los griegos siguieron escribiendo y bastante bien. Además de ser una literatura muy comprensible para los latinos en general. Los griegos tienen cierta maravilla intelectual por la Generación del 27 en general, y por Lorca en particular (que es respuesta a la maravilla que sentía esta generación por el mundo griego clásico).

UNO DE SUS DIOSES (1917)

Cuando uno de ellos cruzaba por la plaza de Seleucia,
justo en el momento en que caía la tarde,
-caminando como un muchacho, alto y hermoso,
con el goce de un ser inmortal en los ojos,
con el pelo negro y perfumado-,
las gentes le miraban
y se preguntaban si lo conocían,
si era un griego de Siria, o acaso un extranjero.
Pero aquellos que observaban con atención
comprendían, y haciéndose a un lado
mientras él se alejaba bajo los portones,
entre las sombras y las luces de la tarde
hacia el barrio donde vive noches de alcohol y lascivia,
pensaban cuál de Ellos sería
y para qué sospechoso placer
había bajado hasta las calles de Seleucia
desde aquellas Augustas Moradas.

DÍAS DE 1908 (1932)

Aquel año estaba sin trabajo;
y malvivía del juego de las cartas,
de los dados y los préstamos.
En una papelería le habían ofrecido
un empleo de tres libras al mes.
Pero lo rechazó. No era un sueldo para él,
joven bien educado y con veinticinco años.
Apenas si ganaba dos o tres chelines diarios.
De los naipes y los dados, ¿qué podía obtener
un muchacho como él, en cafés de mala muerte,
así jugara con astucia o eligiera los más tontos?
Y aun cuando mucho prestara, rara vez tenía un talero.
Con frecuencia iba a la playa. Su traje era siempre el mismo
uno color de canela, ya muy descolorido.
¡Oh días del verano de mil novecientos ocho!
de vuestro recuerdo, por obra del arte,
se ha borrado aquel traje.
Ahora lo evoco mientras se lo quitaba
y lo arrojaba lejos junto a su pobre ropa interior.
Y quedaba desnudo, íntegramente bello.
Sus cabellos revueltos,
Sus glúteos y brazos y piernas doradas por el sol
en aquellas mañanas de baños en la playa.

Viaje a Itaca
Cuando partas hacia Itaca
pide que tu camino sea largo
y rico en aventuras y conocimiento.
A Lestrigones, Cíclopes
y furioso Poseidón no temas,
en tu camino no los encontrarás
mientras en alto mantengas tu pensamiento,
mientras una extraña sensación
invada tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones, Cíclopes
y fiero Poseidón no encontrarás
si no los llevas en tu alma,
si no es tu alma que ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que muchas mañanas de verano hayan en tu ruta
cuando con placer, con alegría
arribes a puertos nunca vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finos objetos:
madreperla y coral, ámbar y ébano,
sensuales perfumes, -tantos como puedas-
y visita numerosas ciudades egipcias
para aprender de sus sabios.
Lleva a Itaca siempre en tu pensamiento,
llegar a ella es tu destino.
No apresures el viaje,
mejor que dure muchos años
y viejo seas cuando a ella llegues,
rico con lo que has ganado en el camino
sin esperar que Itaca te recompense.

A Itaca debes el maravilloso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino
y ahora nada tiene para ofrecerte.
Si pobre la encuentras, Itaca no te engañó.
Hoy que eres sabio, y en experiencias rico,
comprendes qué significan las Itacas.

Marco Denevi: El precursor de Cervantes

Este cuento está completo, creo que es otra posibilidad para leer el Quijote, quizás sea la correcta, ¿quién lo sabe?, me recuerda a la novela 'Nausicaa' de Graves, en la que propone que es la princesa de los feacios quien escribe una obra titulada Odisea. Los personajes se vuelven autores.


Vivía en El Toboso una moza llamada Aldonza Lorenzo, hija de Lorenzo Corchelo, sastre, y de su mujer Francisca Nogales. Como hubiese leído numerosísimas novelas de estas de caballería, acabó perdiendo la razón. Se hacía llamar doña Dulcinea del Toboso, mandaba que en su presencia las gentes se arrodillasen, la tratasen de Su Grandeza y le besasen la mano. Se creía joven y hermosa, aunque tenía no menos de treinta años y las señales de la viruela en la cara. También inventó un galán, al que dio el nombre de don Quijote de la Mancha. Decía que don Quijote había partido hacia lejanos reinos en busca de aventuras, lances y peligros, al modo de Amadís de Gaula y Tirante el Blanco. Se pasaba todo el día asomada a la ventana de su casa, esperando la vuelta de su enamorado. Un hidalgüelo de los alrededores, que la amaba, pensó hacerse pasar por don Quijote. Vistió una vieja armadura, montó en un rocín y salió a los caminos a repetir las hazañas del imaginario caballero. Cuando, seguro del éxito de su ardid, volvió al Toboso, Aldonza Lorenzo había muerto de tercianas.
FIN




Marco Denevi: Romeo frente al cadaver de Julieta

M. Denevi reescribe a sus clásicos, los reinventa y les da una visión personal, pero bajo un nombre ficticio, porque pretende ¡¡¡falsificarlos!!! ¿alguien se dará cuenta?

FESTIVAL DE STENDAL 1965
de Georges Cahoon

Cripta del mausoleo de los Capuletos, en Verona. Al levantarse el telón, la cripta, en penumbras, deja ver un túmulo, y, sobre éste, el cadáver de Julieta.
Entra ROMEO con una antorcha encendida. Se acerca al túmulo. Contempla en silencio los despojos de su amada. Luego se vuelve hacia los espectadores.
ROMEO.-¡Era, pues, verdad! ¡Julieta se ha suicidado! Veloces mensajeros, oculto el rostro chismoso tras la máscara de un falso dolor, corrieron a Mantua a darme la noticia. Pero, junto con la noticia, hacían tintinear en el aire la intimación de que volviese, la amenaza de que, en caso contrario, me traerían por la fuerza. Todos se despedían de mí con el mismo adiós: "Romeo, ahora sabrás cúal es tu deber". He comprendido. He vuelto. Aquí estoy. No he encontrado a nadie en el camino. Nadie me estorbó el paso para que llegase a este lúgubre sitio y me enfrentase a solas con el cadáver de Julieta. Excesivas casualidades, demasiada benevolencia del destino, sospechoso azar. Alcahuetería de la noche, ¿Cúal es tu precio? Los que te han sobornado ahora me espían, huéspedes de tu sombra. Aguardan que les entregues lo que les prometiste. ¿Y qué les prometiste, noche rufiana? ¡Mi suicidio! Así podrán dar por concluida esta historia que tanto los irrita y que, en el fondo, los compromete de una manera fastidiosa. Julieta ya ha escrito la mitad del epílogo. Ahora yo debo añadirle la otra mitad para que el telón descienda entre lágrimas y aplausos, y ellos puedan levantarse de sus asientos, saludarse unos a otros, reconciliarse los que estaban enemistados, tú, Montesco, con vos, Capuleto, y luego volverse a sus casas a comer, a dormir, a fornicar y a seguir viviendo. Y si no lo hago por las buenas, me obligarán a hacerlo por las malas. Me llamarán Romeo de pacotilla, amante castrado, vil cobarde. Me cerrarán todas las puertas. Seré tratado como el peor de los delincuentes. Terminarán por acusarme de ser el asesino de Julieta y alguien se creerá con derecho a vengar ese crimen. O escribo yo la conclusión o la escribirán ellos, pero siempre con la misma tinta: mi sangre. De lo contrario la muerte de Julieta los haría sentirse culpables. Suicidándonos, Julieta y yo intercambiamos responsabilidades y ellos quedan libres. (A Julieta.) ¿Te das cuenta, atolondrada? ¿Te das cuenta de lo que has hecho? ¿Tenías necesidad de obligarme a tanto? ¿Era necesario recurrir a estas exageraciones? Nos amábamos, está bien, nos amábamos. Pero de ahí no había que pasar. Amarse tiene sentido mientras se vive. Después, ¿qué importa? Ahora me enredaste en este juego siniestro y yo, lo quiera o no, debo seguir jugándolo. Me has colocado entre la espada y la pared. Sin mi previo consentimiento, aclaro. Nací amante, no héroe. Soy un hombre normal, no un maniático suicida. Pero tú, con tu famosa muerte, te encaramaste de golpe a una altura sobrehumana hasta la que ahora debo empinarme para no ser menos que tú, para ser digo de tu amor, para no dejar de ser Romeo. ¡Funesta paradoja! Para no dejar de ser Romeo debo dejar de ser Romeo. (Al público.) Esto me pasa por enamorarme de adolescentes. Lo toman todo a la tremenda. Su amor es una constante extorsión. O el tálamo o la tumba. Nada de paños tibios, de concesiones, de moratorias, de acuerdos mutuos. Y así favorecen los egoístas designios de los mayores, que aprovechan esa rigidez para quebrarles la voluntad como leña seca. (Otro tono.) Ah, pero yo me niego. Me niego a repetir su error. Todo esto es una emboscada tendida con el único propósito de capturarme. Señores, miladis, rehúso poner mi pie en el cepo. Amo a Julieta. La amaré mientra viva. La lloraré hasta que se me acaben las lágrimas. Pero no esperéis más de mí. No me exijáis más. La vida justifica nuestros amores, en tanto que ningún amor es suficiente justificación para la muerte. Buenas noches.
(Arroja la antorcha en un rincón, donde se apaga; se emboza la capa y sale.
La escena queda sola unos instantes. Luego entran dos PAJES conduciendo el cadáver de ROMEO con una daga clavada en el pecho. Lo depositan a los pies del túmulo. Uno de los PAJES coloca una mano de ROMEO en la empuñadura de la daga. Se retiran.
Entra FRAY LORENZO. Cae de hinojos. Alza los brazos.)
FRAY LORENZO.- ¡Oh amantes perfectos!

Telón

*************
Siempre nos queda la duda de quién mató a Romeo, ¿fue él, fue Fray Lorenzo, fueron los pajes o fue el destino?
Biografía

Poeta, traductor y ensayista español nacido en Madrid en 1950.
Interrumpió los estudios de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid para licenciarse en Filología Clásica. Es un miembro destacado de los poetas de su generación, caracterizado por cultivar tanto las formas clásicas como modernas, evolucionando hacia fórmulas personales que le han valido el reconocimiento de la crítica literaria. En sus poemas se pasa desde el artificio más rebuscado a la sencillez más cotidiana. El poema que he elegido para que aparezca aquí, sin duda, podría definirse, en términos machadianos, como 'un hecho consuetudinario'
Fue director de la Biblioteca Nacional y Secretario de Cultura del gobierno español, obtuvo el Premio de la Crítica con «La caja de plata» en 1985 y el Premio Nacional de Traducción con el «Cantar de Valtario» en 1987.
De su obra poética también merecen destacarse, «Los retratos» 1971, «Elsinore» 1972, «Scholia» 1978, «Necrofilia» 1983, «El otro sueño» 1987 y «El hacha y la rosa» 1993. «Sin miedo ni esperanza recoge, en seis partes, sesenta poemas escritos entre 1996 y 2002 y su poesía completa hasta 1996, está contenida en «Los mundos y los días».

Actualmente es uno de los exponentes más representativos de la actual poética española:

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».

LA VENUS DE WILLENDORF

Entre las chicas norteamericanas
que estudian español en la academia
de enfrente de tu casa, hay una gorda
que es igual que la Venus de tus sueños.
Bajo una camiseta de elefante
que pone «University of Indiana
(Jones)» y unos pantalones de hipopótamo,
se mueve por el mundo con el arte
que le da su ascendencia mitológica.
Hace ya varios días que vigilo
desde el balcón su cuádruple barbilla
y el sol dorado de su cabellera.
Hace ya varios días que le envío,
cuando se pone a tiro de mis ojos,
dardos de amor y flechas de deseo.
Pero no llegan nunca a su destino.

Y un soneto que no tiene nada de 'hecho consuetudinario': un homenaje al poeta latino Propercio ( 47?- 15 aC o como me dijo alguien: nació en el año 47 y murió en el siglo 15, ¡menuda vida tuvo este caballero!). La Cintia a la que se hace referencia es la amada del poeta, por supuesto un sobrenombre.

PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE PROPERCIO DE ASÍS

Sombras, Propercio, sombras, gavilanes
oscuros, imprecisos, niebla pura,
cincha, brida y espuelas. No profanes
el mástil del amor, la arboladura

del deseo, la ofrenda de los manes,
con la triste verdad de tu locura,
cosmética, veneno, miel, divanes
y el perfume letal de la lectura.

Conocerás un puente de cuchillos,
la brisa del instante, el terciopelo
remoto como el torso de una diosa.

Sudor frío de muerte, tenues brillos
de Cintia envuelta en luminoso velo,
y, al fin, la presencia de la rosa.


Propercio: Elegías II 15

Un bellísimo poema de pasión y de amor a la luz de las velas (que la eléctrica, evidentemente no existía aún). Una curiosidad sobre las pervivencias de la cultura grecolatina en las épocas posteriores, el verso: "el verdadero amor no conoce límite alguno" y Pablo era una persona bastante culta, así que tuvo que haber leído a Propercio. Bellísimo gesto el de Pablo, recordar un verso de amor carnal para hablar del amor divino.

"¡Oh, feliz de mí! ¡Oh noche para mí resplandeciente! / Y ¡oh tálamo, dichoso a causa de mis placeres! / ¡Cuántas palabras nos contamos a la luz de la lámpara / y cuánta lucha hubo cuando fue quitada la luz! / Ya luchaba conmigo con sus pechos desnudos, / ya se demoraba cubriéndose con la túnica. / Ella abrió con su boca mis ojos que se cerraban de sueño / y dijo: «¿Así yaces, perezoso?». / ¡Qué variados abrazos cambiaron nuestros brazos! / ¡Y cuánto se demoraron mis besos en tus labios! / No sirve arruinar el acto del amor haciéndolo a ciegas; / por si no lo sabes, en el amor los ojos son los guías. / El mismo Paris, se cuenta, se rindió por la espartana desnuda / cuando ésta se erguía del lecho de Menelao; / se dice también que, sin ropas, Endimión cautivó a la hermana de Febo / y que yació con la diosa desnuda. / Pero si persistiendo en tu ánimo te acuestas vestida, / una vez desgarrado tu ropaje, tendrás que soportar mis manos: / inclusive más, pues si la pasión me lleva más lejos, / mostrarás a la madre los brazos golpeados. / Los pechos caídos aún no te impiden jugar: / que de eso alguna se cuide si le vergüenza haber dado a luz. / Mientras nos lo permitan los hados, saciemos los ojos con amor: / ya una larga noche viene para ti y el día no ha de volver. / ¡Y ojalá que, adheridos de este modo, quieras que nos encadenemos / de manera que ningún día nunca nos separe! / Te sirvan de ejemplo las palomas enlazadas en el amor, / el macho y la hembra en total connubio. / Se equivoca aquel que busca la extinción de un loco amor; / el verdadero amor no conoce límite alguno. / Antes burlará la tierra con falso fruto a quienes aran / y más rápidamente el Sol agitará sus negros caballos / y los ríos comenzarán a llevar aguas a su naciente / y el pez estará árido en seco abismo, / que pueda referir a otra mis angustias; / seré de ésta mientras viva; de ésta, muerto. / Mas si quisiera concederme tales noches consigo, / inclusive un año de vida me sería largo; / si ésta me concediera muchas, en ellas me haría inmortal: / en una sola noche, cualquiera puede ser un dios. / Si todos ambicionaran correr semejante vida / y yacer con los miembros pesados a causa del mucho vino, / no existiría el hierro cruel, ni la nave de guerra, / ni el mar de Accio agitaría nuestros huesos, / ni Roma, tantas veces conmovida entorno por sus propios triunfos, / estaría cansada, en señal de duelo, de soltar sus cabellos. / Estas cosas, por cierto, podrán alabar con razón quienes nos sigan: / nuestros combates no dañaron a ninguna deidad. / ¡Tú, ahora, mientras haya luz, no dejes el fruto de la vida! / Aunque dieras todos los besos, darías pocos. / Y así se han desprendido de las marchitas corolas los pétalos / que, esparcidos por todas partes, ves nadar en las copas, / así a nosotros que amantes hoy aguardamos lo más grande, / quizá el día de mañana pondrá fin a nuestras vidas."

(Trad. H. F. Bauzá)


La poetisa Sulpicia

Elegias de Sulpicia
De la producción poética de esta elegíaca latina sólo nos han llegado seis composiciones. El tema de estas composiciones es su amor hacia Cerinto, su joven amigo. ¿quien es esta mujer que escribía en tiempos de Augusto? Su padre fue el orador Servio S. Rufo, hijo de uno de los amigos de Cicerón. Su madre es hermana de Marco Valerio Mesala, un gran mecenas romano que se rodeaba de los principales poetas del momento. Perteneció Sulpicia a una de las familias más ilustres de Roma, no sólo en ámbitos sociales, sino también culturales. Según sus propios poemas, desde muy joven (siendo una puella) se enamora de Cerinto, sobre la identidad real de este personaje hay varias congeturas, pero en realidad, importa poco quién fuera. Lo que aquí nos interesa es la sencillez de los versos de Sulpicia enamorada.

Elegías de Sulpicia:
"Al fin me llegó el amor, y es tal que ocultarlo por pudor
antes que desnudarlo a alguien, peor reputación me diera.
Citerea, vencida por los ruegos de mis Camenas,
me lo trajo y lo colocó en mi regazo.
Cumplió sus promesas Venus: que cuente mis alegrías
quien digan que no las tuvo propias.
Yo no querría confiar nada a tablillas sellada,
para que nadie antes que mi amor me lea,
pero me encanta obrar contra la norma, fingir por el qué dirán
me enoja: fuimos la una digna del otro, que digan eso."

*******

"Aborrecible se acerca el cumpleaños, que en el fastidioso campo
triste tendré que pasar, y sin Cerinto.
¿Hay algo más grato que la ciudad? ¿Es apropiada para una niña
una casa de campo el frío río del lugar de Arezzo?
Descansa de una vez, Mesala, preocupado por mí en demasía;
a veces, pariente, no son oportunos los viajes.
Me llevas, pero aquí dejo alma y sentidos
por mi propia decisión, aunque tú no lo permitas."

Elegias sobre Sulpicia
El día que te entregó, Cerinto, a mí, por sagrado
y entre los de fiesta siempre yo lo tendré.
Cuando naciste, las Parcas cantaron para las niñas un nuevo
atamiento y te dieron reinos altivos.
Yo me abraso más que las otras; gozo, al abrasarme, Cerinto,
si hay en ti un fuego mutua hacia mí.
Que haya un mutuo amor; por ti robos dulcísimos
y por tus ojos y por tu Genio, suplico.
Gran Genio, toma gustoso inciensos y acepta mis votos,
si al menos, cuando piensa en mí, siente calor.
Mas i por azar ahora ya suspira por otros amores,
pido entonces, santo, que dejes esos hogares sin fe.
No seas tú, Venus, Injusta: o que a la par te sirvamos,
unidos los dos por ti, o mis ataduras levanta.
Mas prefiero que a los dos nos sujete fuerte cadena,
que día ninguno más tarde pueda soltar.
Desea el joven lo mismo que yo, mas desea en silencio:
pues siente pudor de a las claras decir esas palabras.
Mas tú, Genio Natal, que como dios todo lo ves,
dime que sí: ¿qué importa si en secreto o a las claras lo pide?

(autor desconocido, ¿Tibulo? ¿algún otro poeta del círculo de Mesala? ¿Ovidio?
el poeta se presenta como espectador de primera fila, observando muy de cerca los amores de Sulpicia con el joven Cerinto, incluso habla en su nombre)

Ruben Blades: Pedro Navaja

Por la esquina del viejo barrio lo ví pasar,
con el tumba´o que tienen los guapos al caminar,
las manos siempre dentro ´el bolsillo de su gabán
pa´ que no sepan en cuál de ellas lleva el puñal.
Usa un sombrero de ala ancha de medio la´o
y zapatillas por si hay problema salir vola´o,
lentes oscuros pa´ que no sepan qué está mirando
y un diente de oro que cuando ríe se ve brillando.
Como a tres cuadras de aquella esquina una mujer
va recorriendo la acera entera por quinta vez
y en un zaguán entra y se da un trago para olvidar
que el día está flojo y que no hay clientes pa´ trabajar.
Un carro pasa muy despacito por la avenida,
no tiene marcas, pero to´ saben que es policía.
Pedro Navaja, las manos siempre dentro ´el gabán,
mira y sonríe y el diente de oro vuelve a brillar.
Mira pa´ un la´o, mira pal´ otro y no ve a nadie,
y a la carrera, pero sin ruido, cruza la calle.
Y, mientras tanto, en la otra acera va esa mujer
refunfuñando pues no hizo pesos con qué comer.
Mientras camina del viejo abrigo saca un revólver
y va a guardarlo en su cartera pa´ que no estorbe.
Un treinta y ocho "Smith & Wesson" del especial
que carga encima pa´ que la libre de todo mal.
Y Pedro Navaja, puñal en mano, le fue pa´ encima,
el diente de oro iba alumbrando to´ la avenida,
mientras reía el puñal le hundía sin compasión,
cuando de pronto sonó un disparo como un cañón...
...cayó en la acera mientras veía a esa mujer
que, revólver en mano y de muerte herida, a él le decía:
"Yo que pensaba: hoy no es mi día, estoy sala´,
pero, Pedro Navaja, tú estás peor: no estás en na´".
Y créanme gente que aunque hubo ruido nadie salió.
No hubo curiosos, no hubo preguntas, nadie lloró.
Sólo un borracho con los dos cuerpos se tropezó,
cogió el revolver, el puñal, los pesos y se marchó.
Y tropezando se fue cantando desafina´o,
el coro que aquí les traje y del mensaje de mi canción:
"La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida" ¡ay, Dios!...
...matón de esquina, el que a hierro mata a hierro termina...
...Maleante pescador, mal anzuelo que tiraste,
en vez de una sardina un tiburó´ enganchaste...
...Cinco millones de historias tiene la ciudad de Nueva York...
Como decía mi abuelita:"El que ríe último, ríe mejor"...
...Cuando lo manda el destino, no lo cambia ni el más bravo,
si naciste pa´ martillo, del cielo te caen los clavos....
...Barrio de guapos cuida´o en la acera, cuida´o camara´
que el que no corre vuela...
Como en una novela de Kafka el borracho dobló por el callejón...


Marcial

Irónico con lo que no le gusta, amigo fiel, cruel con sus enemigos, se ríe de todo y de todos, si es necesario hasta de sí mismo. Así es Marcial.
I

Éste es aquel al que lees, aquel al que buscas,
Marcial, conocido en el mundo entero
por sus agudos libros de epigramas:
la gloria que le has dado, entusiasta lector,
mientas estaba vivo y lo apreciaba,
pocos poetas la tienen después de su muerte.

XIX

Si bien recuerdo, Elia, cuatro dientes tenías:
una tos te expulsó dos y otra tos los otros dos.
Ya puedes toser tranquila todos los días:
nada tiene que hacer allí una tercera tos.

XXXVII

Sin vergüenza, el peso de tu vientre descargas, Baso,
en miserable oro, y bebes en vidrio; cagas, pues, más caro.

LXXXVIII

Álcimo, arrebatado a tu señor en los años juveniles,
a quien con césped ligero cubre la tierra labicana,
recibe, no el peso vacilante del mármol de Paros,
que, destinado a perecer, un trabajo vano ofrece a la ceniza,
sino sencillos bojes, opacas sombras de pámpanos
y las hierbas que verdean rociadas por mis lágrimas,
recibe querido niño, el testimonio de mi pesar:
este honor vivirá eternamente para ti.
Cuando Láquesis haya hilado mis últimos años
no de otro modo ordeno que descansen mis cenizas.

CXVII

Cada vez que te encuentras conmigo, Luperco,
al momento me dices: "Quieres que te envíe un esclavo
para que le des tu librito de epigramas,
que te devolveré apenas lo haya leído?"
No hay por qué atormentar a tu esclavo, Luperco.
Largo es el camino, si quiere venir hasta el Peral,
y vivo en un tercer piso, con altos peldaños.
Lo que buscas, podrás obtenerlo más cerca.
Seguramente sueles pasar por el Argileto:
frente al foro de César hay una librería
con las puertas llenas de inscripciones,
para que puedas leer rápidamente todos los poetas.
Búscame allí. Y no es necesario que preguntes a Atrecto
-tal es el nombre del dueño de la librería-;
te dará del primer o segundo anaquel
pulido con piedra pómez y ornado de púrpura
una Marcial por cinco denarios.
¿"No vales tanto" dices? Tienes razón, Luperco.

LVIII

Pulcramente vestido, Zoilo, te ríes de mis prendas raídas.
Están en verdad raídas, Zoilo, pero son mías.

LXXX

Por huir del enemigo, Fannio se mató.
¿No es una locura, pregunto, morir para no morir?




Vino viejo en odres nuevos

Durante siglos, la cultura se ha reservado para unos pocos que tenían acceso a las grandes bibliotecas. Incluso la capacidad de la propia biblioteca ha hecho que se hayan perdido en el tiempo obras magistrales (es el caso de los autores griegos de teatro: los copistas medievales se limitaron a copiar siete obras de cada uno de ellos, si nos han llegado de algunos más es por la falta de coincidencia entre los diferentes copistas, mejor no hablar de los prejuicios de cada copista). Otras veces, lo que ha resultado nefasto para la conservación de los ejemplares ha sido los incendios (el de la biblioteca de Alejandría es memorable) o la humedad del lugar en el que se guardaban los originales. El problema estaba en el material utilizado: el papiro, el papel, las tablillas de madera... (¡qué magnífico habría sido que hubieran conservado todo en tablillas de barro como aquellas listas de haberes de los micénicos, que ni los terremotos ni los incendios pudieron destruir) .
Pero, como apunté más arriba, no sólo existía el problema del material en el que se conservaban los textos, existe también el problema a la accesibilidad de los lugares en los que se conservan. Grandes bibliotecas que tienen la entrada restringida o que simplemente no nos quedan a mano para ir hasta ellas. El precio de algunos libros que, por el motivo que sea, está por las nubes. Autores que, o bien porque son desconocidos o bien porque no son atractivos para las editoriales (que al final es lo mismo), nunca podían publicar nada. Textos de especialistas que había que buscar durante días y días en el archivo de la biblioteca. Tardes enteras revisando revistas para encontrar un articulito de Antonio de Marichalar hablando de poesía francesa. Etc, etc.
Creo que internet ha posibilitado el acercamiento a la cultura a mucha gente que se sentía ajena y lejana a ella. Inconvenientes y cosas negativas, muchas, sin duda. Pero si usamos bien esta herramienta, puede llegar a convertirse en una formidable aliada. Un inofensivo destornillador le puede sacar a uno un ojo, no obstante bien usado es el mejor instrumento para sacar tornillos.

Paul Celan, un poeta en fuga

Paul Celan (1920-1970) Poeta francés en lengua alemana, de origen rumano y judío. Su nombre de pila era Paul Antschel. Nació en Chernovtsi, Rumania, el 23 de noviembre de 1920, en el seno de una familia judía. En 1942, mientras estudiaba en la universidad de su ciudad natal, sus padres fueron deportados y murieron en un campo de concentración, mientras que él fue recluido en un campo de trabajo. Tras ser liberado en 1944 se trasladó a Bucarest, donde trabajó en una editorial, pero abandonó Rumania en 1947 para pasar una breve temporada en Viena. En 1948 se trasladó a Francia, obtuvo la nacionalidad francesa y dio clases de alemán en la Escuela Normal Superior de París. Celan tradujo al alemán las obras de Arthur Rimbaud, Ósip Mandelstam y otros poetas. Su primera colección de poemas, Amapola y memoria (1952), incluye su poema más famoso ‘Fuga de la muerte’ (1948), una descripción del campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau. Su poesía, influida por el surrealismo y rica en imágenes bíblicas, expresa su sentimiento de lo absurdo de la vida moderna y la dificultad de la comunicación. Celan se quitó la vida arrojándose al Sena, el 20 de abril de 1970. Cambio de aliento (1967) y Hebras del sol (1968) son otros dos libros importantes suyos.


Es penoso recordarlo, pero ojalá no se nos olvide nunca: Auschwitz:
Fuga de la muerte

"Leche negra del alba la bebemos en la tarde
la bebemos al mediodía y en las mañanas la bebemos en la noche
bebebemos y bebemos
cavamos una tumba en los aires donde no es estrecho
un hombre vive en la casa y juega con las serpientes que escribe
que escribe a Alemania cuando oscurece tus dorados cabellos Margarita
lo escribe y sale frente a la casa y refulgen las
estrellas y con un silvido llama a sus perros de presa
y silva a sus judíos les hace cavar una tumba en la tierra
nos manda tocad para el baile
Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos en la mañana y al mediodía te bebemos en la tarde
bebemos y bebemos
Un hombre vive en la casa y juega con las serpientes que escribe
escribe a Alemania cuando oscurece tus dorados cabellos Margarita
tus cabellos cenicientos Sulamita cavamos una tumba en los aires donde no es estrecho
Vocifera cavad más profundo en la tierra y vosotros cantad y tocad
coge su arma del cinto y la enarbola sus ojos son azules
hundid más profundo las palas y vosotros seguid tocando para el baile
Leche negra del alba te bebemos en la noche
te bebemos al mediodía y en las mañanas te bebemos en la tarde
bebemos y bebemos
un hombre vive en la casa tus cabellos dorados Margarita
tus cabellos cenicientos Sulamita él juega con las serpientes
Vocifera tocad más dulcemente a la muerte la muerte es un maestro venido de Alemania
vocifera haced sonar más lúgubres los violines y luego subid como humo en el aire
y tendréis una tumba en las nubes donde no es estrecho
Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía la muerte es un maestro venido de Alemania
te bebemos en la tarde y en las mañanas bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania su ojo es azul
te acierta con bala de plomo te acierta con precisión
un hombre vive en la casa tus cabellos dorados Margarita
nos lanza sus perros de presa nos da una tumba en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido de Alemania
tus cabellos dorados Margarita
tus cabellos cenicientos Sulamita



Walt Whitman

"Soy Walt Whitman, un cosmos, el hijo de Manhattan,
tormentoso, carnal y sensitivo: como, bebo y engendro.
No soy sentimental ni miro desde arriba a hombres ni a mujeres de los que no me aparto.
No soy más orgulloso que humilde...Me humilla quien humilla a los otros,
y nada se hace o dice que no recaiga
en mí...."

CON ESTRÉPITOS DE MÚSICAS VENGO...

Con estrépitos de músicas vengo,
con cornetas y tambores.
Mis marchas no suenan solo para los victoriosos,
sino para los derrotados y los muertos también.
Todos dicen: es glorioso ganar una batalla.
Pues yo digo que es tan glorioso perderla.
¡Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan!
¡Hurra por los muertos!
Dejadme soplar en las trompas, recio y alegre, por ellos.
¡Hurra por los que cayeron,
por los barcos que se hundieron el la mar,
y por los que perecieron ahogados!
¡Hurra por los generales que perdieron el combate y por todos los héroes
vencidos!
Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes mas
grandes de la Historia.

Versión de: León Felipe

PARA MÍ, UNA BRIZNA DE HIERBA...

Para mí, una brizna de hierba no vale menos que la
tarea diurna de las estrellas,
e igualmente perfecta es la hormiga, y así un grano de
arena y el huevo del reyezuelo,
y la rana arbórea es una obra maestra, digna de
egregias personas,
y la mora pudiera adornar los aposentos del cielo,
y en mi mano la articulación más menuda hace burla
de todas las máquinas,
y la vaca, rumiando con inclinado testuz, es más bella
que cualquier escultura;
y un ratón es milagro capaz de asombrar a millones de
infieles.

Versión de Marie Manent

Dos proverbios

Son en realidad dos proverbios, con el mismo mensaje, cambia sólo los productos que aparecen:
En Chipre se dice: "Si la piedra cae sobre el huevo... pobre huevo, si el huevo cae sobre la piedra... pobre huevo"

Y en no sé qué islas de Oceanía dicen: "Caiga el pincho sobre la hoja del platano, o caiga la hoja del platano sobre el pincho, la que siempre sufre es la hoja de platano"

Creo que la coincidencia de estas dos frases del saber popular en dos ámbitos geográficos tan distantes, es impresionante.

Y fuera ya de toda coincidencia, recuerdo ahora un refrán que aprendí hace muchos años, variante de otro, primero les doy el complicado, luego verán qué fácil es entenderlo, con palabras más simples:
Animal racional bipedo que con infante pernocta, excrementado alborea.
Es decir, quien con niño se acuesta, cagado amanece.

¿Quién sabe? Quizás sí tenga que ver algo con la hoja y el huevo. Las asociaciones mentales son impresionantes.

Ashram El-Kebir: ADAN Y EVA

1. Tesis
La primavera vino.Y estaba ya madura
la primera manzana que en el mundo se abría.
Durmiendo sobre el hombro de Adán, Eva sentía
subir de sus entrañas inédita ternura.
Miróle embelesada... como una rosa pura,
mostraba ya sus pétalos de luz el nuevo día,
y a tono con la música del agua que corría
pasó, nerviosa y ágil una serpiente oscura.
La joven tuvo miedo; desnuda y sin abrigo,
buscó el refugio cálido del cuerpo de su amigo,
y entre sus brazos fuertes echóse enternecida.
Abrió sus ojos castos Adán; sintió cariño
por ella; y con la tierna simplicidad de un niño
sembró en la tierra virgen el germen de la vida.

2. Antítesis
Cuando, pasado el éxtasis, quedó prendido el grano,
Adán, estupefacto, miró a su compañera
tendida sobre el suelo: ¡como la tierra, era
hermosa! -De rodillas le dijo al soberano:
-¡Gracias, Señor, por este prodigio sobrehumano!
-¡Gracias por el amor y por la primavera!
-Porque me diste el germen que en Ella prolifera
y de mi propia carne la hiciste, con tu mano!
Dios asomó entre nubes, severo, amargo y triste :
-Has pecado! -le dijo a Adán-, ¿por qué lo hiciste?
-¡Oh, Dios! -repuso el Hombre-: Por Ella vivo y creo;
es sangre de mi sangre, hueso de mi costado,
y Tú la hiciste hermosa: si amarla era pecado,
¿por qué me diste entonces la carne y el deseo?

3. Síntesis
Siglos, milenios, eras tal vez, habían pasado
desde que Adán y Eva se unieron. No existía
ya en el mundo el amor... Pero a la grey judía
llegó un poeta rubio, dulce y atormentado.
Era el Hijo de Dios... Habló contra el pecado
de la lujuria, la sed de oro, la falsía
del mercader que roba y reza, y de la orgía
de un mundo corrompido que a Dios había olvidado.
Al pueblo dijo entonces Jesús: -"Seguid mi ejemplo"...
¡y echó a los fariseos a látigo del templo!
Una joven pareja se acercó al Nazareno:
-"Señor, Señor" -dijéronle-: "¿amarnos es pecado?"
y Él, sonriente : -"Yo mismo seré crucificado
por el amor: ¡amaos! ¡Amar es lo que es bueno!"



El dios Eolo y Odiseo

Cuenta Homero en la Rapsodia X de la Odisea, en voz de Odiseo que narra sus historias al rey de los feacios y a su familia, cómo el héroe llega a la isla Eolia, lugar de residencia del dios Eolo. En esta isla vivía feliz con sus seis hijos y sus seis hijas y su esposa, disfrutando de los placeres que la vida le da.
Eolo trata a Odiseo como a un hermano, lo recibe en su casa y le dispensa los honores que a un ser querido le ofrecería. Al momento de la partida, cuando están embarcando. Eolo, como muestra de gratitud y de buena voluntad, le da a Odiseo un odre, hecho de cuero de buey. En su interior, los vientos estaban apresados. El dios advierte al héroe que, si quiere llegar a su patria rápido y sin problemas, no debe desatar el odre. Durante nueve días con sus noches, la travesía se produjo sin problemas, oigamos a Odiseo: "Y en el décimo se nos mostró la tierra patria, donde vimos a los que encendían fuego cerca del mar. Entonces me sentí fatigado y me rindió el dulce sueño, pues había gobernado continuamente el timón de la nave, que no quise confiar a ninguno de los amigos para que llegáramos más pronto."
Mientras Odiseo duerme, sus compañeros discuten si abrir o no el odre, la mayoría pensaba que lo que su capitán llevaba allí era oro y plata, regalo de Eolo. La decisión final es desatar el cuero.
"En seguida arrebató las naves una tempestad y llevólas al ponto: ellos lloraban, al verse lejos de la patria, y yo, recordando, medité en mi inocente pecho si debía tirarme del bajel y morir en el ponto, o sufrirlo todo en silencio, y, cubriéndome, me acosté de nuevo"
Los marineros desembarcarán de nuevo en la isla Eolia, pero ahora el mismo dios Eolo los aleja de allí, pues se han convertido en malditos. Le dice a Odiseo: "¡Sal de la isla y muy pronto, malvado más que ninguno de los que hoy viven! No me es permitido tomar a mi cuidado y asegurarle la vuelta a varón que se ha hecho odioso a los bienaventurados dioses. Vete noramala, pues si viniste ahora es porque los inmortales te aborrecen."
A partir de aquí, las desventuras de Odiseo siguen y siguen, pero pertenecen a otras historias.

Julián del Casal: un poeta modernista

Julián del Casal (1863-1893) : Todos los magos de las letras deben algo a alguien. Rubén Darío siempre entendió que tenía esa deuda con Casal. Rubén lo llamó "hondo y exquisito príncipe de melancolías" y " desdichado ruiseñor del bosque de la Muerte". También Martí lo supo valorar al hablar de "los versos tristes y joyantes".
Casal representa el neorromanticismo decadente que marcó la sensibilidad fin de siècle. Su obra, en verso y prosa, estuvo signada así por la presencia del dolor y la muerte, el hastío y la inadaptación, la amargura y la impotencia, el ansia insaciable de evasión. Su verso dio cabida a los motivos aparentemente más exteriores del decadentismo: el amor a los climas artificiales, lujosos y hasta enfermizos; la recreación de situaciones o personajes ambiguos y exquisitos; variaciones sobre temas esteticistas y exóticos; y aun el regusto en lo sórdido, tétrico y sepulcral, que es aún más visible en sus narraciones.
En lo formal, avanzó mucho en aquella renovación del verso castellano que señaló uno de los esfuerzos mayores del modernismo: flexibilización acentual del endecasílabo, empleo del terceto monorrimo, maestría en el uso del decasílabo y sobre todo del eneasílabo.Y hasta el final supo ser único, no muchos se mueren de un ataque de risa.

Flores
Mi corazón fue un vaso de alabastro
donde creció, fragante y solitaria,
bajo el fulgor purísimo de un astro
una azucena blanca: la plegaria.
Marchita ya esa flor de suave aroma,
cual virgen consumida por la anemia,
hoy en mi corazón su tallo asoma
una adelfa purpúrea: la blasfemia.

Neurosis
Noemí, la pálida pecadora
de los cabellos color de aurora
y las pupilas de verde mar,
entre cojines de raso lila,
con el espíritu de Dalila,
deshoja el cáliz de un azahar.
Arde a sus plantas la chimenea
donde la leña chisporrotea
lanzando en tono seco rumor,
y alzada tiene su tapa el piano
en que vagaba su blanca mano
cual mariposa de flor en flor.
Un biombo rojo de seda china
abre sus hojas en una esquina
con grullas de oro volando en cruz,
y en curva mesa de fina laca
ardiente lámpara se destaca
de la que surge rosada luz.
Blanco abanico y azul sombrilla,
con unos guantes de cabritilla
yacen encima del canapé,
mientras en la tapa de porcelana,
hecha con tintes de la mañana,
humea el alma verde del té.
Pero ¿qué piensa la hermosa dama?
¿Es que su príncipe ya no la ama
como en los días de amor feliz,
o que en los cofres del gabinete
ya no conserva ningún billete
de los que obtuvo por un desliz?
¿Es que la rinde cruel anemia?
¿Es que en sus búcaros de Bohemia
rayos de luna quiere encerrar,
o que, con suave mano de seda,
del blanco cisne que ama Leda
ansía las plumas acariciar?
¡Ay! es que en horas de desvarío
para consuelo del regio hastío
que en su alma esparce quietud mortal,
un sueño antiguo le ha aconsejdo
beber en copa de ónix labrado
la roja sangre de un tigre real.