28 de enero de 2005

El dios Eolo y Odiseo

Cuenta Homero en la Rapsodia X de la Odisea, en voz de Odiseo que narra sus historias al rey de los feacios y a su familia, cómo el héroe llega a la isla Eolia, lugar de residencia del dios Eolo. En esta isla vivía feliz con sus seis hijos y sus seis hijas y su esposa, disfrutando de los placeres que la vida le da.
Eolo trata a Odiseo como a un hermano, lo recibe en su casa y le dispensa los honores que a un ser querido le ofrecería. Al momento de la partida, cuando están embarcando. Eolo, como muestra de gratitud y de buena voluntad, le da a Odiseo un odre, hecho de cuero de buey. En su interior, los vientos estaban apresados. El dios advierte al héroe que, si quiere llegar a su patria rápido y sin problemas, no debe desatar el odre. Durante nueve días con sus noches, la travesía se produjo sin problemas, oigamos a Odiseo: "Y en el décimo se nos mostró la tierra patria, donde vimos a los que encendían fuego cerca del mar. Entonces me sentí fatigado y me rindió el dulce sueño, pues había gobernado continuamente el timón de la nave, que no quise confiar a ninguno de los amigos para que llegáramos más pronto."
Mientras Odiseo duerme, sus compañeros discuten si abrir o no el odre, la mayoría pensaba que lo que su capitán llevaba allí era oro y plata, regalo de Eolo. La decisión final es desatar el cuero.
"En seguida arrebató las naves una tempestad y llevólas al ponto: ellos lloraban, al verse lejos de la patria, y yo, recordando, medité en mi inocente pecho si debía tirarme del bajel y morir en el ponto, o sufrirlo todo en silencio, y, cubriéndome, me acosté de nuevo"
Los marineros desembarcarán de nuevo en la isla Eolia, pero ahora el mismo dios Eolo los aleja de allí, pues se han convertido en malditos. Le dice a Odiseo: "¡Sal de la isla y muy pronto, malvado más que ninguno de los que hoy viven! No me es permitido tomar a mi cuidado y asegurarle la vuelta a varón que se ha hecho odioso a los bienaventurados dioses. Vete noramala, pues si viniste ahora es porque los inmortales te aborrecen."
A partir de aquí, las desventuras de Odiseo siguen y siguen, pero pertenecen a otras historias.

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