Cuando quedé embarazada alguien me regaló este cuentecillo, es una colaboración a una revista barrial, ni siquiera sé quién lo escribió, puede que no tenga mucha calidad literaria, pero sí que tiene calidad humana, seguro que todas las madres lo valorarán como tal, como humano:
"Cuenta una antigua leyenda que un niño que estaba por nacer, le dijo a Dios:
-Me dicen que me vas a enviar mañana a la Tierra; pero ¿Cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?
-Entre muchos ángeles escogí una para ti, que te está esperando: él te cuidará.
-Pero dime: aquí en el Cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliza.
-Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.
-Y ¿cómo entender que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?
-Tu ángel te dirá las plabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.
- Y ¿qué haré cuando quiera hablar contigo?
-Tu ángel te juntará las manitos y te enseñará a orar.
-He oído que en la Tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá?.
-Tu ángel te defenderá aún a costa de su propia vida.
- Pero estaré siempre triste porque no te veré más, Señor.
- Tu ángel te hablará de Mí, y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque Yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante, una gran paz reinaba en el Cielo pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso, repetía suavemente.
-Dios mío, si ya me voy, dime su nombre. ¿Cómo se llama mi ángel?
-Su nombre no importa, tú le dirás: MAMÁ."
(Advertencia, sé perfectamente que los niños no vienen ni del cielo ni de París, pero el texto es poesía, y la poesía puede hacer verdad cosas que en la realidad no existen)
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