14 de febrero de 2005

opiniones varias sobre J. del Casal

Verba volant, scripta manent:
Algunos comentarios sobre Julián del Casal, en los que se le valora como escritor y como persona, de los abajo firmantes no creo que sea necesario decir mucho:

Aquel hombre tan bello, que al pie de los versos tristes y joyantes parecía invención romántica más que realidad no es ya el hombre de un vivo. Aquel hombre fino espíritu, aquel cariño medroso y tierno, aquella ideal peregrinación, aquel melancólico amor a la hermosura ausente de su tierra nativa, porque las letras sólo pueden ser enlutadas o hetairas en país sin libertad, ya no son hoy más que un puñado de versos, impresos en papel infeliz, como dicen que fue la vida del poeta.
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(..) Quedan sus versos. La América lo quiere, por fino y por sincero. Las mujeres lo lloran.

José Martí

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Los que lo amaron, que me amen; los que lo envidiaron, que me odien; porque puedo alardear de que Julián del Casal yace en dos tumbas: en la de mármol que encierra sus despojos, y en mi corazón, que guarda la esencia sutil de su alma pura, sus más recónditos secretos, como en urna sagrada.

Enrique Hernández Miyares.
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Tú sabes quién fue nuestro amigo; tú sabes que en el nuevo mundo después del alma de Edgar Allan Poe, la suya es la que ha volado más maravillosamente a la montaña del arte.
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................................................... En cuanto al poeta, al artista, hay que recoger, que compilar su producción, hacer la edición definitiva de su obra, dar a conocer el excelso mártir de su propio genio. Si no lo hace hoy Cuba, la generación del mañana lo hará. O se hará en otro país de América. Porque, en verdad te digo, un viento nuevo se siente venir sobre el alma de estas naciones, y los hijos de nuestros hijos se regocijarán en la luz ( ... )

Rubén Darío ( carta a Enrique H. Miyares )
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Gutierrez Nájera es también como una estatua de mármol rosado; José Asunción Silva lo es como de mármol negro: Julián del Casal es todo albura. Nájera es amor; Silva el dolor: Casal es la pureza ( ... )

José Santos Chocano (carta a Enrique H. Miyares )

J. del Casal: Nostalgias
NOSTALGIAS
I
Suspiro por las regiones
donde vuelan los alciones
sobre el mar,
y el soplo helado del viento
parece en su movimiento
sollozar;

donde la nieve que baja
del firmamento, amortaja
el verdor
de los campos olorosos
y de los ríos caudalosos
el rumor;

donde ostenta siempre el cielo,
color gris;
es más hermosa la luna
y cada estrella más que una
flor de lis

II
Otras veces sólo ansío
bogar en firme navío
a existir
en algún país remoto,
sin pensar en el ignoto
porvenir.

Ver otro cielo, otro monto,
otra playa, otro horizonte,
otro mar,
otros pueblos, otras gentes
de maneras diferentes
de pensar.

¡Ah!, si yo un día pudiera,
con qué júbilo partiera
para Argel,
donde tiene la hermosura
el color y la frescura
de un clavel.

Después fuera en caravana
por la llanura africana
bajo el sol
que, con sus vivos destellos,
pone un tinte a los camellos
tornasol.

Y cuando el día expirara
mi árabe tienda plantara
en mitad
de la llanura ardorosa
inundada de radiosa
claridad.

Cambiando de rumbo luego,
dejara el país del fuego
para ir
hasta el imperio florido
en que el opio da el olvido
del vivir.

Vegetara allí contento
de alto bambú corpulento
junto al pie,
o aspirando en rica estancia
la embriagadora fragancia
que da el té.

De la luna al claro brillo
iría al Río Amarillo
a esperar
la hora en que, el botón roto,
comienza la flor del loto
a brillar.

O mi vista deslumbrara
tanta maravilla rara
que el buril
de artista, ignorado y pobre
graba en sándalo o en cobre
o en marfil.

Cuando tornara el hastío
en el espíritu mío
a reinar,
cruzando el inmenso piélago
fuera a taitiano archipiélago
a encallar.

A aquél en mi vieja historia
asegura a mi memoria
que se ve,
el lago en que un hada peina
los cabellos de la reina
Pomaré.

Así errabundo viviera
sintiendo toda quimera
rauda huir,
y hasta olvidando la hora
incierta y aterradora
de morir.

III
Mas no parto. Si partiera,
al instante yo quisiera
regresar.

¡Ah! ¿Cuándo querrá el destino
que yo pueda en mi camino
reposar?

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